Tema de la Semana: Viviendo para el Cielo

Como hijos de Dios se nos ha dado un nuevo hogar y una nueva esperanza. Que esta semana tu corazón se apasione con la alegría y el propósito de poner en práctica el mandamiento de Dios de vivir para el cielo: “Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria”. Colosenses 3:1-4

Toda una vida de amor

Pasaje Bíblico:“Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”. Juan 15:9

Devocional:

Pertenecemos a un reino construido no por la sangre, el sudor y las lágrimas de los sirvientes, sino por las heridas y cicatrices de un Rey amoroso y sacrificado. Como discípulos de Jesús, se nos ha garantizado el acceso a toda una vida de dar y recibir amor incondicional. Nuestro Salvador dio su vida voluntariamente para que podamos conocer el amor de nuestro Padre celestial a lo largo de esta vida y por toda la eternidad. Juan 15:9-13 dice:

“Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”.

Vivir para el cielo es permanecer toda la vida en un amor constante y tangible por parte del Padre, para que podamos vivir sanos y derramar amor genuino a los demás. Toda esta vida se trata del amor. Jesús resumió todos los mandamientos en amar a Dios y amar a las personas. Si realmente deseamos vivir obedeciendo los mandamientos de Dios, debemos vivir con una perspectiva celestial. 1 Juan 4:7 dice: “Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce”. Vivir para el mundo es mantener una actitud de egoísmo, persiguiendo afectos fugaces y fingidos. Vivir para el cielo significa decir diariamente que sí a nacer de Dios y a seguir conociendo al Padre. Conocer a nuestro Creador es conocer el amor mismo. Y cuando experimentemos el amor de nuestro Padre, seremos transformados en instrumentos de su amor para todos los que nos rodean.

Dios anhela darnos hoy una perspectiva celestial para que podamos recibir la plenitud de su amor y, a cambio, amarlo a él ya los demás. 1 Juan 4:19 dice: “Nosotros amamos porque él nos amó primero”. Vivir para el cielo comienza con dejar que Dios nos ame; comienza haciendo espacio en nuestra rutina diaria para descansar sabiendo que nuestro Padre nos ama y permitiéndole que nos transforme, nos redima y nos cure. Todos llevamos heridas que necesitan ser tocadas por el amor de nuestro Padre.

Solo después de ser amados por Dios podemos verdaderamente amar a los demás. Sin los encuentros con el corazón del Padre somos incapaces de vivir desinteresadamente. El orgullo es el estado natural de todos aquellos que no encuentran constantemente el poder transformador del Espíritu Santo. Pero a través de la gracia de Dios y de recibir una perspectiva celestial, podemos salir de nosotros mismos y de los deseos carnales de este mundo y amar verdaderamente a los demás como Dios lo hace.

Tómate un tiempo en la oración guiada para que tu Padre celestial te ame. Suelta las raíces de orgullo que te impiden amarlo a él y a los demás. Pídele al Espíritu Santo que te guíe a amar a otros con el amor que se te ha mostrado en Cristo Jesús, y que esto sea tu estilo de vida.

Guía de Oración:

1. Tómate un tiempo para recibir el amor de tu Padre celestial. Medita en estos versículos que te harán conocer su amor. Pídele que te revele su cercanía y espera en su presencia calma y pacífica.

“Nosotros amamos porque él nos amó primero”. 1 Juan 4:19

“Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”. Juan 15:9

2. Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier cosa que te esté impidiendo sentirte amado y amar a los demás como un estilo de vida.

3.¿Cómo podría guiarte hoy el Espíritu Santo hacia el estilo de vida de amar a los demás? ¿De qué manera has sido amado para que puedas amar a los demás? ¿Quién necesita gracia y perdón hoy? ¿Quién necesita un amigo amoroso o un amable extraño? ¿Quién necesita escuchar el mensaje de reconciliación y esperanza que has encontrado en Jesús?

“Si alguien afirma: ‘Yo amo a Dios’, pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.  Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano”. 1 Juan 4:20-21

“Hagan todo con amor.” 1 Corintios 16:14

“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce”. 1 Juan 4:7

Durante la mayor parte de mi relación con Dios hasta el día de hoy, yo no sabía lo que significaba verdaderamente experimentar el amor de Dios. No sabía que Dios podía afectar de manera tangible mis emociones, mi estado de ánimo, mi propósito y mi perspectiva con su presencia. Fue solo cuando comencé a hacer tiempo y espacio constantemente para que Dios me amara, que mi vida comenzó a transformarse y sanarse, y comencé a caminar en libertad. Fue solo una vez que comencé a encontrar constantemente el corazón de Dios que me llené de un deseo de amar a los demás. No hay nada más importante o fundamental para esta vida que experimentar el amor de tu Padre celestial. Que hoy puedas descubrir el enorme amor que tu Padre tiene para ti al hacer espacio para encontrarte con él a lo largo de tu día.

Lectura Complementaria: Juan 15

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