Tema de la Semana: Dios Habla

Tú y yo hemos recibido el inestimable regalo de la comunicación con Dios. La semana pasada aprendimos sobre el proceso de hacer que la tierra de nuestros corazones sea blanda y receptiva a Dios. Esta semana aprenderemos acerca de algunas maneras de recibir la semilla de su palabra. Que tu comunión con Dios florezca mientras entablas una conversación continua con tu amoroso y presente Padre celestial.

Escuchando la voz de Dios

Pasaje Bíblico: “Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13

Devocional:

Dios desea hablar directamente contigo. Como buen padre, él desea entablar una conversación continua. Tan grande fue su anhelo de comunicación que te ha dado el don del Espíritu Santo. Ahora tienes acceso al corazón de Dios a través del Espíritu. Puedes conocer su voluntad, escuchar su voz y vivir con el conocimiento de su amor.

Juan 16:13 dice: "“Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Si eres cristiano, el “Espíritu de verdad” ha venido sobre ti. Él mora dentro de ti. Él anhela decirte lo que Dios siente por ti. Él anhela guiarte a los planes perfectos, llenos de esperanza y agradables del Padre (Jeremías 29:11). Su voz es perfecta, llena de amor, y siempre sincera. Él nunca te guiará hacia algo que no sea lo mejor para ti. Él nunca te hablará de odio o condena. Tal como lo promete Juan 16:13, él te declarará lo que oye decir al Padre.

Deja que la verdad de que Dios desea tener conversaciones reales y transformadoras contigo penetre en tu corazón por un minuto. Piensa en lo que significa para tu propia vida tener comunicación con Dios. Tu Creador anhela ayudarte con tus decisiones, relaciones, trabajo, finanzas e identidad. Dios mismo quiere hablar contigo sobre tu vida, conocerte plenamente y que lo conozcas.

Al igual que cualquier buen padre ama hablar con sus hijos, tu Padre celestial ama hablar contigo, su hijo. Verás, el hecho de que Dios te hable tiene poco que ver con tu habilidad para escuchar su voz, pero mucho sí tiene mucho que ver con su deseo de que lo conozcas. Su voz en tu vida es solo otro producto de la gracia, el favor no merecido de Dios para aquellos que creen. Como en cualquier conversación, solo lo escucharás cuando estés atento. Y al igual que en cualquier buena conversación, Dios también desea escucharte a ti.

Hebreos 11:6 dice: “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. Ten fe en que Dios desea hablarte. Acércate a él con la seguridad de que ya está lleno de amor por ti. El Espíritu Santo anhela tener una relación comunicativa contigo. Deja que el peso de la conversación con Dios descanse sobre sus hombros, confía en su palabra y en su carácter, y escucha lo que sea que te diga hoy.

Al entrar en la guía de oración, tómate un tiempo para aquietar tu corazón y escuchar la voz del Espíritu.        

Guía de Oración:

1. Tómate un momento para tranquilizar tu mente y tu alma. Recibe la presencia de Dios y medita sobre la importante verdad que dice el Espíritu.

“Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13.

2. Ahora escucha a Dios. Si tienes una situación, pregunta o cualquier cosa que quieras preguntarle, ¡ahora es el momento! Dios anhela que le digas con qué necesitas ayuda. Si solo quieres saber lo que él siente por ti, ¡pregúntale! Una vez más, el peso de la conversación está sobre él. Confía en Dios y en sus tiempos. Dios desea hablar contigo.

3. Escribe lo que Dios te diga. Descansa en la bondad de lo que ha dicho.

Comunicarse con Dios es similar a entablar una conversación con un amigo cercano. No voy y le pido que me cuente algo para poder conocerlo. Más bien, busco conocerlo como persona y la conversación tiene lugar como un resultado natural. Busca conocer a Dios lo más profundamente posible. Confía en que es real y que habla. Habla con él porque simplemente quieres conocerlo, y descansa en el hecho de que tendrás una conversación con tu amoroso Padre celestial durante toda la eternidad. Que tu día esté marcado por una conversación vivificante con el Espíritu Santo.

Lectura Complementaria: Salmo 27

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