Tema de la Semana: Viviendo para el Cielo

Como hijos de Dios se nos ha dado un nuevo hogar y una nueva esperanza. Que esta semana tu corazón se apasione con la alegría y el propósito de poner en práctica el mandamiento de Dios de vivir para el cielo: “Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria”. Colosenses 3:1-4

Cosas invisibles

Pasaje Bíblico:“Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. 2 Corintios 4:18

Devocional:

Hemos sido entrenados, a través de la arrogante perspectiva de muchos, para solo mirar y creer lo que podemos ver y experimentar físicamente aquí en la tierra. Se nos ha dicho que en la vida no puede haber nada más que lo que vemos porque lo invisible no se puede experimentar desde lo físico. ¡Qué perspectiva tan egocéntrica! ¿Por qué tenemos que saber y ser capaces de experimentar todo lo que hay para que sea real? ¿Por qué nosotros, con nuestras capacidades limitadas, somos los jueces finales en el debate de lo que es real e importante? En Efesios 1:18-20 Pablo escribió a la iglesia en Éfeso orando:

“Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales”.

“Que les sean iluminados los ojos del corazón…”. ¿Qué significa que nuestros corazones tengan ojos? ¿Y qué significa que esos ojos estén iluminados? La verdad es que a todos se nos han dado ojos espirituales. Todos sabemos y experimentamos cosas que no pueden ser vistas físicamente. Todos hemos recibido y dado algún tipo de amor. Todos hemos tenido una intuición o creencia que no se pudo probar físicamente y, como creyentes, hemos sido llenos del Espíritu Santo que anhela guiarnos a una perspectiva que supere con creces la extensión de este mundo.

2 Corintios 4:18 dice: “Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. Nuestro Salvador nos está llamando a una vida vivida para lo que no se ve: para lo eterno. Él nos está llamando a salir del ciclo de la búsqueda mundana hacia un llamado mayor de significado eterno. Vivir para el cielo es desechar lo que es fugaz y temporal y buscar lo que solo se puede encontrar con nuestro Padre celestial.

Tómate un tiempo en la oración guiada para mirar lo que no se ve. Pídele al Espíritu Santo que ilumine los ojos de tu corazón. Pídele que te brinde una perspectiva espiritual de tu propia vida y la vida de aquellos a los que puedas llamar para que vivan para el cielo. Desecha aquellas búsquedas que te atan a este mundo y pídele al Espíritu que te guíe a un estilo de vida que busque el reino de Dios por encima de todo. Que hoy, al adorar a tu Padre tanto en espíritu como en verdad, descubras la vida abundante que tienes disponible en el Espíritu.

Guía de Oración:

1. Medita sobre la importancia de mirar lo que no se ve. Permite que la Biblia llene tu corazón con el deseo de vivir para el cielo.

“Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. 2 Corintios 4:18

“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve”. Hebreos 11:1-3

“Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe”. Hebreos 11:7

2. Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier búsqueda que sea únicamente pasajera y temporal. Escribe las maneras en las que no has estado mirando lo invisible.

3. Pídele al Espíritu que ilumine los ojos de tu corazón para que puedas experimentar todo lo que Dios tiene para ti.

“Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales”. Efesios 1:18-20

Mirar lo que no se ve es la puerta a través de la cual experimentamos la plenitud de la presencia de Dios disponible para todos nosotros aquí en la tierra. Tal como Jesús nos enseñó, “Dios es espíritu” y para experimentarlo verdaderamente debemos cultivar un estilo de vida en el que abramos los ojos de nuestros corazones. Nuestro Padre anhela llevarnos a encuentros continuos y transformadores con él. Desea encontrarse con nosotros en las puertas de nuestros corazones cada mañana para que podamos dejar que Él nos ame, nos hable, nos llene y nos transforme. Mirar lo que no se ve te guía hacia encuentros más profundos e impactantes con el Dios vivo.

Lectura Complementaria: 2 Corintios 4

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