Tema de la Semana: Dios Habla

Tú y yo hemos recibido el inestimable regalo de la comunicación con Dios. La semana pasada aprendimos sobre el proceso de hacer que la tierra de nuestros corazones sea blanda y receptiva a Dios. Esta semana aprenderemos acerca de algunas maneras de recibir la semilla de su palabra. Que tu comunión con Dios florezca mientras entablas una conversación continua con tu amoroso y presente Padre celestial.

Dios habla a través de la meditación

Pasaje Bíblico: “En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas”. Salmo 119:15

Devocional:

La disciplina espiritual de la meditación hace por corazón de un cristiano lo que los nutrientes y la buena tierra hacen por la semilla de una planta. A través de la meditación la semilla de la palabra de Dios echa raíces y produce frutos abundantes que dan vida. Richard Foster en su libro Celebration of Discipline (Alabanza a la Disciplina) escribió: “El propósito de la meditación es permitirnos escuchar a Dios con mayor claridad. La meditación es escuchar, sentir, prestar atención a la vida y la luz de Cristo. Esto viene directamente al corazón de nuestra fe. La vida que agrada a Dios no es un conjunto de deberes religiosos; es escuchar Su voz y obedecer Su palabra. La meditación abre la puerta a esta forma de vida”.

La práctica cristiana de la meditación es, en esencia, rumiar la palabra de Dios. La meditación crea un espacio para que el Espíritu hable directamente a nuestros corazones y aplique la palabra de Dios a nuestras vidas. Cuando reflexionamos sobre un pasaje de la Biblia como Lamentaciones 3:22 —“el gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota”—, le damos a Dios espacio para revelar todas las formas en que su misericordia y su amor constante están disponibles para nosotros. La meditación crea un camino para que la Biblia pase por nuestras mentes y haga un cambio dentro de nuestros corazones.

Otro aspecto poderoso de la meditación cristiana es reflexionar sobre el carácter de Dios. A veces, cuando me siento desesperado, tomo algunos pasajes de la Biblia acerca de la esperanza que Dios provee y medito en ellos. Y en el proceso de meditar en el carácter perfecto de Dios, mis pensamientos, perspectivas y emociones se alinean con la naturaleza inmutable de mi Padre celestial. Meditar en quién es Dios afecta poderosamente la forma en que vemos el mundo. Es por esta razón que el Salmo 1:1-3 declara,

“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”.

Tómate tiempo para meditar en la Biblia hoy. Haz espacio para escuchar a Dios y aplicar la semilla de su palabra. Rumia sobre su carácter inmutable, perfecto. Que tu día se llene de vida abundante mientras llevas el fruto de la meditación.

Guía de Oración:

1. Elige un versículo o aspecto del carácter de Dios para meditar.

2. Haz espacio para escuchar a Dios mientras meditas en su palabra o carácter. Permite que el Espíritu aplique la palabra de Dios a tu vida mientras meditas. Permite que el carácter de Dios establezca una base para tus emociones.

“En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas”. Salmo 119:15

3. Ahora toma nota de cómo el versículo o la frase parece haber tenido un impacto en la forma en que piensas, sientes o deseas actuar. Regocíjate en el poder de la palabra de Dios para transformar vidas y corazones.

La meditación debe ser una práctica diaria para los cristianos. La palabra de Dios nunca fue hecha solo para ser entendida sino para estar viva y activa en sus hijos. La Biblia está destinada a guiarnos para ser más como Jesús tanto interna como externamente en nuestras acciones. Meditar es una de las mejores herramientas que Dios nos ha dado ya que hace que la Biblia pase de ser solo palabras en una página a un estilo de vida vivo y activo. Que la práctica de la meditación transforme tu vida espiritual en una vida llena de alegría, poder y fruto del Espíritu.

Lectura Complementaria: Salmo 1

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