30 de diciembre de 2024 ¿Cómo sé si es la voluntad de Dios? |
La esperanza que se demora enferma el corazón, Pero el deseo cumplido es árbol de vida. Proverbios 13:12 (NBLA)
Podía oír el temor en la voz de mi amiga.
«¿Cómo sabré si es la voluntad de Dios?», preguntó ella.
Yo había luchado muchas veces con esta misma inquietud. Habíamos estado hablando sobre una aspiración que ella había tenido por meses, y escuché su pasión y deseo de compartir el amor de Dios con otros. Yo sabía que ella quería seguir adelante, pero ella dudaba.
Entonces respondí, «Bueno, ¿por qué no habría de ser la voluntad de Dios?».
Ella se sentó por un momento, para considerar mis palabras. «Esa es una gran pregunta», respondió ella. «No lo sé».
Comprendí la vaciliación de mi amiga porque lo he vivido; a menudo no confío en mis propios deseos. Después de todo, Jeremías 17:9 nos advierte que el corazón humano es engañoso.
Es fácil olvidar que cuando seguimos a Jesús, Él transforma nuestros corazones. Cuanto más tiempo pasemos con Él y estudiemos Su Palabra, más redefinirá nuestros deseos. Si bien nuestras motivaciones jamás serán completamente irreprochables en esta vida, Dios nos equipa para discernir Su voluntad y Su voz. De hecho, nuestros deseos son una de las formas en las que Dios nos guía.
Proverbios describe el desenlace maravilloso de un anhelo cumplido.
La esperanza que se demora aflige el corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida (Proverbios 13:12).
En el idioma hebreo antiguo, el término utilizado aquí para “deseo” es taavah. ¿Sabes en qué otro lugar se usa esta palabra? En Génesis, antes de que Eva comiera del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era deseable [taavah] a los ojos, y árbol de codicia para entender; y tomó de su fruto, y comió… (Génesis 3:6, JBS).
¿Entonces qué motiva a que algunos deseos conduzcan a la vida y otros a la muerte espiritual?
Nuestro deseo siempre irá detrás de nuestro deleite. Cuando nos deleitamos en el Señor, nuestros deseos seguirán (Salmos 37:4). Pero si algo más tiene prioridad, nuestros deseos, como los de Eva, serán descarriados.
La voluntad de Dios para nosotras es que lo busquemos a Él primero. Cuando lo hacemos, nuestros deseos podrán convertirse en árboles opulentos, que dan buenos frutos y que despliegan Su amor para que otros lo testifiquen.
Amiga, no sé qué deseos y sueños has mantenido sepultados, escondidos de Dios por temor a lo que pudiera pasar si los compartías… ¿te cuento algo? La voluntad de Dios es que compartas todo de ti con todo lo de Él.
Su voluntad es que tú confíes en Él, sueños, deseos y ambiciones. Y mientras lo haces, Él traerá nueva vida.
Dios, gracias por ser un lugar de refugio al cual podemos recurrir no sólo con nuestras necesidades básicas, sino que también con los deseos más profundos de nuestros corazones. Moldea estos anhelos para honrarte a Ti, Señor. Que podamos ser árboles de vida para que otros presencien Tu amor. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Salmo 103:5, [Dios] te colma de bienes y tu juventud se renueva como el águila. (NVI)
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