 | 10 de octubre de 2024 ¿Cuál es la fuente de mi discernimiento? |
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura y además pacífica, respetuosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. Santiago 3:17 (NVI)
Me consideraría una persona con discernimiento, pero sé que puede haber una gran diferencia entre un “presentimiento” y un discernimiento auténtico del Espíritu Santo.
No queremos asumir inmediatamente que lo que estamos sintiendo o pensando es verdad o llamarlo “discernimiento” sin verificar la fuente. Porque seamos honestas: a veces nuestros sentimientos están motivados por el miedo, no por la sabiduría.
Para dar un ejemplo personal, hubo una temporada en la que mi escepticismo desenfrenado por el dolor y la traición del pasado comenzó a filtrarse en mis otras relaciones. Me preguntaba si mis mejores amigas algún día podrían volverse contra mí. Incluso les dije a algunas de ellas: «A veces me encuentro conteniendo la respiración, esperando el día en que las cosas se desmoronen entre nosotras».
Nada de esto estaba basado en alguna historia de traición con estas amigas. La fuente que me estaba comunicando e influenciando fuertemente mis pensamientos era mi trauma del pasado, mi experiencia habiendo sido profundamente traicionada y mi miedo de ser lastimada nuevamente.
Esto no era discernimiento del Espíritu Santo: era miedo y escepticismo y mi propia suposición de que siempre estaba sucediendo algo debajo de la superficie que eventualmente me lastimaría. El hecho de que sentía que era mi realidad, no significaba que fuera la realidad. Pero mis sentimientos eran tan intensos que vivía de manera autosuficiente y protectora en lugar de confiar en que Dios me guiara.
Entonces supe que necesitaba trabajar para desconectar mi discernimiento de mis miedos extremos y reconectarlo con el Espíritu Santo. Porque la fuente de nuestro discernimiento es crucial.
Al igual que cuando dependes de tu GPS para ayudarte a navegar adecuadamente por la mejor ruta hacia tu destino deseado, las direcciones espirituales sólo serán buenas si ingresas la dirección correcta. Tener las direcciones correctas depende de tener la dirección correcta de la fuente correcta.
Fuente mala, dirección incorrecta, destino erróneo.
Sin embargo, el don del discernimiento a través del poder del Espíritu Santo nos ayuda a navegar correctamente la vida y las situaciones que enfrentamos.
Nuestros cerebros siempre están procesando instintivamente lo que está delante de nosotras y tratando de mandar una advertencia a nuestro sistema nervioso central si no estamos a salvo. Pero aquí está el reto… no siempre conocemos todos los hechos. Es ahí donde entra el discernimiento.
El discernimiento es lo que llena los espacios entre los hechos para poder tomar decisiones más informadas. Entonces puedes ver cuán crucial es que tengamos la fuente correcta si queremos tener un discernimiento sabio.
De hecho, eso es exactamente lo que Santiago 3:17 nos recuerda: “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura y además pacífica, respetuosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera” (énfasis añadido).
En el mundo actual, hay muchas fuentes a las que la gente recurre. Pero si queremos que la verdadera sabiduría alimente nuestro discernimiento, entonces no podemos subestimar la necesidad de acudir constantemente a la fuente de la Verdad: la Palabra de Dios.
Recientemente, escuché a mi amiga y colega en instrucción bíblica, Wendy Blight, dar un hermoso mensaje sobre cómo cambiar la fuente de su discernimiento. En sus primeros años de adulta, la fuente de su discernimiento fue el miedo a causa de un ataque violento que sufrió. Durante años no pudo dormir sola en su casa. No importaba lo que hiciera, este espíritu de miedo dictaba mucho sobre su vida y aparentemente no desaparecía.
Pero las cosas cambiaron cuando empezó a llenar su mente con versículos específicos de la Biblia para combatir el miedo. Ella escribió estas verdades de la Palabra de Dios en tarjetas que cargaba con ella y constantemente las declaraba sobre su vida. A medida que la Verdad llenaba cada vez más su mente, su discernimiento sobre su seguridad cambió. Finalmente, aunque la había atormentado durante años, este espíritu de miedo desapareció.
Me inspiró tanto la enseñanza de Wendy, que decidí atacar algunas de mis luchas actuales de la misma manera. Necesito que la Palabra de Dios sea una guía a la sabiduría para tener un mejor discernimiento. No sólo “discernimiento” basado en mis miedos o suposiciones de conjeturas equivocadas.
En el pasado, a veces sentí que mi discernimiento me fallaba. He dicho cosas como: «¿por qué no me di cuenta de esto antes? ¿Por qué estaba tan ciega ante lo que a los demás les parecía tan obvio? Si tan solo hubiera escuchado mi sensación interior de que esto no estaba bien. Sabía que no debería haberle creído a esa persona».
Tal vez te hayas sentido como yo. Pero, amiga, por favor debes saber que caminar en el Espíritu, ser guiada por el Espíritu, y mantenerse al paso con el Espíritu no significa que siempre escucharás la voz de Dios muy claramente, ni tampoco significa que siempre lo harás bien. El discernimiento rara vez da detalles. Pero sí significa que aún puedes posicionarte para recibir guía divina y leer la Palabra de Dios. Al honrar a Dios mientras buscas discernimiento, incluso si no lo haces todo bien, al menos estás honrando a Dios en el proceso.
Señor, hoy vengo a Ti para pedir Tu sabiduría y guía. Quiero vivir como alguien que es guiada por el Espíritu Santo. Sobre todo, permíteme encontrar descanso y paz para mi alma en Tu Verdad permanente que me libera. Dios, Tú eres el Dios de toda Verdad y el Único que es más confiable. Te amo. Te necesito. Te honro. En el Nombre de Jesús, Amén.
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En su nuevo libro, Quiero confiar en ti, pero no puedo, Lysa TerKeurst te muestra qué hacer con tu escepticismo y desconfianza para que puedas sanar las traiciones del pasado y avanzar con fuerza y resiliencia. Puede que una amiga te decepcione constantemente, un líder o una organización que respetas resulte ser diferente de lo que aparenta, tu cónyuge te engañe, un familiar te traicione. Y te preguntas: si Dios permite que esto ocurra, ¿se puede confiar en Él? Lysa te ofrece formas prácticas y bíblicas para desarrollar la estabilidad que anhelas dentro de ti y con Dios, para que no te vuelvas cínica ni lleves un sistema de creencias equivocado a cada nueva relación.
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PROFUNDICEMOS
Santiago 1:5, Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. (NVI)
¿Qué papel han jugado la sabiduría y el discernimiento en tu vida? ¿Para qué necesitas la sabiduría de Dios hoy?
¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.
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