 | 16 de julio de 2024 Dios sabe dónde estás |
SEÑOR, tú me examinas y me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Salmo 139:1-2 (NVI)
Un día de julio de calor sofocante me quedé encerrada en el baño. Nuestro aire acondicionado se había estropeado, y el técnico no podía venir hasta el día siguiente. Sin darme cuenta de que el calor hincharía aún más el pomo cascarrabias, cerré la puerta. Entonces me di cuenta de que no podía girarlo.
Mi marido con discapacidad auditiva nunca escucharía mis gritos y golpes en el otro extremo de la casa.
Después de 10 minutos intentando girar el pomo, me apoyé contra el lavabo, mareada por el calor. Nadie sabe que estoy aquí.
Haciendo frente a mis miedos, elevé una oración automática «Ayúdame, Señor» hacia el cielo. Probé con el pomo de nuevo. No cedía. Sin embargo, caí en la cuenta de la verdad de mi oración. Dios sabe que estoy aquí. Él sabe que estoy encerrada. He orado porque creo que Él ve lo que me ha pasado.
Salmo 139:1-2 pone de relieve esta verdad: “SEÑOR, tú me examinas y me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento.”
Más tarde, el salmista reflexionó, “Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo de los dominios de la muerte, también estás allí.” (Salmo 139:8, NVI).
Dios lo sabe todo de nosotros: dónde estamos, lo que estamos haciendo, lo que estamos pensando, cómo llegamos hasta aquí, y dónde estaremos en el futuro. No se le escapa nada.
Tú y yo tenemos momentos en los que nos sentimos atrapadas y solas. Cuidando de padres mayores. Lidiando con un adolescente rebelde. Haciendo frente a una deuda insalvable. Puede que compartamos los detalles de nuestros dilemas con aquellos que tenemos más cerca, pero nos devuelven miradas de confusión o nos dan consejos equivocados. Nos damos cuenta de nuestra incapacidad para remediar la situación o para conseguir ayuda de alguien más.
Pero no estamos solas. Puesto que Dios sabe cuándo cae al suelo un gorrión, como Jesús les contó a Sus seguidores en Mateo 10:29-31, Dios es consciente de todo lo que nos pasa. Y puesto que Dios lo sabe todo de nosotras, también tiene el entendimiento y la previsión para resolver nuestros problemas. Lo mejor de todo es que Él quiere trabajar con nosotras, compartiendo Su sabiduría perfecta para ayudarnos a acercarnos a lo mejor que Él tiene para nosotras.
Provista de este recordatorio, le pedí consejo a Dios para desatascar aquel pomo atascado. Se me ocurrió moverlo hacia delante y hacia atrás mientras lo giraba.
¡Sí! Con un movimiento y un giro, me liberé de mi prisión sofocante.
Amiga, no estás sola. El Dios que permanece a tu lado es el Único que marchará antes de ti. Él sabe cómo llegaste hasta donde estás y cuál es la mejor manera para moverte de donde te encuentras ahora. Únete a Él y muévete con Él hacia la libertad.
Señor, cuando no hay nadie más cerca o no entienden por lo que estoy pasando, Tú sabes todo lo que me está pasando incluso antes de pedir ayuda. Tú tienes el poder y el deseo de rescatarme cuando y dondequiera que me sienta atrapada. Gracias. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Deuteronomio 31:8, El SEÑOR mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes». (NVI)
En sus últimas enseñanzas a los israelitas antes de su muerte, Moisés les recordó en Deuteronomio 31:8 que Dios siempre estaba con ellos y que los guiaría hacia donde necesitaban ir.
¿De qué manera saber la verdad de que Dios está siempre contigo y sabe todo de ti te anima a hablar con Él sobre lo que estás atravesando? ¡Démonos ánimo las unas a las otras en los comentarios!
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