 | 1 de enero de 2025 Title |
¡El SEÑOR Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado, capaz de pisar sobre las alturas». Habacuc 3:19a (NTV)
El comienzo de un nuevo año puede generar metas y visión, pero a veces puede traer cansancio, descontento y temor.
Hace tres años, en el mes de enero, comencé un trabajo agotador, persiguiendo objetivos de éxito profesional y estabilidad financiera que parecían imposibles. Exhausta del trabajo, del esfuerzo de intentar encajar, y de las expectativas insatisfechas, deseaba que llegara un año en el que las cosas finalmente salieran como yo quería.
Le confié a una amiga mi resentimiento hacia el año anterior y mi desesperación por un cambio drástico… preferiblemente de la noche a la mañana. Ella escuchó, asintió e incluso reflexionó sobre sus propias dificultades recientes.
Luego dijo: «antes me importaba que la vida me diera un “respiro”, pero honestamente, sé que esta adversidad será una oportunidad para confiar más en Dios. Ahora, solo le pido a Dios que me dé Su fortaleza».
Al principio, le expresé oposición. Quería la fortaleza de Dios… y también un respiro. Pero, ¿realmente le estaba pidiendo a Dios que me diera Su fortaleza y me hiciera más fiel tanto como le estaba pidiendo que mejorara mi vida?
No está mal pedirle a Dios por un alivio y liberación. Servimos a un Salvador de milagros que puede dividir el mar, dar vista a los ciegos y eliminar cualquier dificultad que enfrentemos. Pero el Señor también puede darnos Su fortaleza para superar un día decepcionante o para crecer durante una temporada difícil. Nuestra prueba más dura podría ser una oportunidad para ver el poder de Dios.
Habacuc 3:17b-19a dice, “aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto… ¡El SEÑOR Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado, capaz de pisar sobre las alturas»” (NTV).
Este año puede traer dificultades, pero recordemos estas cuatro verdades:
- La fortaleza de Dios está disponible si tan solo clamamos a Él.
- Dios ya está en el futuro por el cual estamos preocupadas. Su Palabra puede darnos sabiduría y recordarnos las cosas buenas que están por venir.
- Se prometen problemas en este mundo roto. Pero Dios usa todas las cosas para nuestro bien y Su gloria (Juan 16:33). Entonces, incluso en nuestro peor día, podemos confiar en que Él está obrando, incluso si no entendemos cómo, hasta llegar al cielo.
- Nuestra prueba puede convertirse en nuestro testimonio. Servimos a un Dios de redención que puede redimir nuestros años pasados y este año.
Recuerda que si bien el año pasado tuvo sus desafíos y este año puede incluir momentos difíciles, tu Salvador siempre te dará Su fortaleza cuando la pidas. Con Jesús, hay alegría en la mañana y fuerza en la lucha.
Querido Jesús, este año, utiliza las dificultades que experimente para hacerme más sabia, mejor y más fiel. Ayúdame a verlas como oportunidades para apoyarme en Ti. Desearía que la vida fuera diferente, pero también sé que eres un buen Dios que puede darme fuerzas. Pido Tu fortaleza en este momento. Guíame y ayúdame a pisar las alturas en el año 2025. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Isaías 41:10, Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia. (NVI)
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