 | 13 de abril de 2025 Jesús, anhelo que siempre me encuentres con mi rama de palmera en alto |
«…¡BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!». Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: «¿Quién es Este?». Y las multitudes contestaban: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea». Mateo 21:9b-11 (NBLA)
Nota de la editora: El devocional de hoy forma parte de nuestra serie de la Semana Santa. Acompáñanos mientras experimentamos el poder del amor de Jesús, recordamos Su sacrificio y caminamos en la victoria de Su Resurrección. Nuestra oración es que esta serie prepare tu corazón para el gozo que hallamos en la Pascua. ¡Inscríbete ahora!
Cuando era joven durante las mañanas de Domingo de Ramos, los niños de mi iglesia caminaban por los pasillos del santuario agitando sus ramos de palmeras en honor a Jesús. Me imaginaba a mí misma en medio de la multitud que daba la bienvenida a Jesús en Jerusalén, gritando, “¡BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!»” (Mateo 21:9).
Aun así, de pequeña, presentía que la celebración era muy breve. En mi corazón de niña, mi pensamiento era, «¡quiero quedarme aquí en las calles con los ramos de palmeras, donde todos están aclamando a Jesús!»
Pero ese desfile de antaño no se detuvo en las calles. Abrió camino hacia la cruz. Los «Hosannas» triunfantes se disiparon en gritos embroncados de “—¡Crucifícalo!” (Mateo 27:22-23, NVI).
En mi vida adulta, sigo agitando ramos de palmeras en la iglesia las mañanas de los Domingos de Ramos. Cuando lo hago, mi corazón alberga dos emociones al mismo tiempo: júbilo y dolor. Júbilo porque comprendo lo que Jesús hizo por mí. Dolor porque soy consciente de que Él conocía el costo.
Eso es lo que me parte el corazón: Jesús sabía lo que le esperaba.
Incluso cuando los ramos de palmeras crujían debajo de las patas del burro sobre el cual cabalgaba, Él sabía adónde lo conduciría el desfile. Él sabía quién lo traicionaría y quién lo negaría. Él sabía que Sus adoradores que agitaban ramos de palmera ese domingo se dispersarían el día viernes. Él sabía qué dolor y sufrimiento estaba por venir.
Y aun así Él siguió hacia adelante.
Jesús había determinado desde un principio que Él nos amaría hasta Su muerte para que nos fuera dada la vida verdadera.
La magnitud del sacrificio de Jesús es incomprensible. La profundidad de Su amor es incomparable. Y la anchura de Su bondad lo vuelve absolutamente irresistible.
Cuando entró a Jerusalén aquel día, todos preguntaban, «¿Quién es Este?». Y las multitudes contestaban: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea» (Mateo 21:10-11).
Cómo respondemos hoy a esa pregunta: ¿Quién es Jesús?
Yo respondo con todo mi corazón:
«Tú eres mi Salvador, eso es lo que eres».
«Tú eres mi Amigo, mi Redentor y la razón por la cual mi vida tiene sentido».
«Tú eres mi propósito, mi pasión y mi sendero a la paz».
«Tú eres el único Rey verdadero».
Este Domingo de Ramos, pongo mi ramo de palmeras sobre un camino diferente, el camino que conduce a mi corazón. Necesito que Jesús obre en mi corazón todos los días mientras Él sigue cambiándome de adentro hacia afuera. No quiero ser contada entre aquellos que lo negaron, lo traicionaron o se escondieron cuando la situación era de alto riesgo. Quiero amarlo, cueste lo que cueste. Anhelo que Jesús siempre vea mi ramo flameando en lo alto, solo para Él.
Jesús, estoy asombrada por el regalo indescriptible que Tú nos has dado. Espero que siempre oigas nuestras voces exaltándote a Ti por encima de todo en nuestras vidas: ¡Bendito es Él que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! En el Nombre de Jesús, Amén.
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Tal vez hayas escuchado acerca de este Jesús y sabes algo acerca de Él. Muchas saben que la Semana Santa conmemora Su resurrección. Algunos lo conocen como maestro o quizá como el fundador de la religión más importante del mundo. ¿Pero tú, lo conoces personalmente? ¿Sabías que Jesús murió y resucitó, no solo para iniciar un movimiento espiritual sino porque te ama y desea proveerte una manera para que tú lo conozcas? Para descubrir más acerca de Jesucristo y cómo obtener vida nueva a través de Él, haz clic aquí.
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PROFUNDICEMOS
Juan 12:13a, tomaron hojas de las palmas y salieron a recibir a Jesús, y gritaban: «¡Hosanna!...» (NBLA)
La Biblia incluye cuatro relatos sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén: Mateo 21:1-11, Marcos 11:1-11, Lucas 19:29-44 y Juan 12:12-19. Lee uno de esos relatos, o léelos todos, e intenta ponerte en el lugar de alguien en esa multitud, de uno de los discípulos de Jesús, o de Jesús mismo. ¿Qué es lo más te llama la atención? ¿Qué podrías hacer hoy para colocar, metafóricamente, ramos de palmeras en el camino hacia tu corazón?
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