Lysa TerKeurst

17 de abril de 2025

Jesús oró por ti
LYSA TERKEURST

yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí. Juan 17:23 (NVI)

Nota de la editora: El devocional de hoy forma parte de nuestra serie de la Semana Santa. Acompáñanos mientras experimentamos el poder del amor de Jesús, recordamos Su sacrificio y caminamos en la victoria de Su Resurrección. Nuestra oración es que esta serie prepare tu corazón para el gozo que hallamos en la Pascua. ¡Inscríbete ahora!

En Juan 17 encontramos las últimas palabras que Jesús compartió con Sus discípulos en Su última cena, durante el jueves de la Semana Santa.

Aunque atesoro leer sobre los últimos momentos de la vida terrenal de Jesús con Sus amigos, mi corazón duele a la vez. Él sabía todo lo que estaba a punto de sucederle. Él sabía que dentro de pocas horas después de este último tiempo juntos:

Uno de Sus amigos lo traicionaría…
Los demás no permanecerían a Su lado…
Pronto enfrentaría brutalidad extrema, completamente solo…

Y, sin embargo, de alguna manera, Jesús se concentró en mantenerse presente en este momento, en lugar de vivir angustiado por los horrores que estaban por venir.

Me asombra ver cuán presente y generoso fue Jesús durante la Última Cena. Jesús y Sus discípulos comieron, bebieron y conversaron juntos. Él lavó sus pies. Vio a Judas salir por la puerta.

Después, Jesús oró. Por Él mismo, por Sus discípulos... y por ti y por mí.

El hecho de que Jesús pensara y orara por nosotras en Sus últimas horas me deja asombrada. Necesito leer lo que Él oró. Pero aún más importante, necesito vivir lo que Él oró: “Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí” (Juan 17:23).

De todas las cosas por las que pudo haber orado por nosotras, oró por la unidad y el amor.

Esto parece un poco complicado en un mundo dividido, donde muchos tienen opiniones firmes en diferentes temas, expresan objeciones fuertes y se sienten con derecho a ofenderse por casi cualquier cosa.

Lo entiendo. Hay mucho mal que debe ser abordado y detenido y justicia que debe ser defendida. También hay tanto que no entendemos o para lo cual no tenemos respuestas.

Pero cuando reflexiono sobre las palabras de Jesús en la Última Cena, me pregunto si hay una manera más unida en la que, como cristianas, deberíamos estar actuando. Tenemos un enemigo, pero no somos nosotras. A la luz de la última oración de Jesús por nosotras antes de ir a la cruz, me pregunto si todas necesitamos recordar esto: aunque podamos estar divididas en nuestras opiniones, podemos estar más unidas en la compasión que tenemos unas por otras.

Después de todo, mucho de lo que moldea las opiniones y objeciones que expresamos provienen de un dolor profundo que hemos experimentado o en el que hemos acompañado a alguien que amamos. El dolor nos moldea, para bien o para mal.

Jesús tenía todas las respuestas, y aun así, lloró (Juan 11:35). Tal vez por eso oró por la unidad. Quizás no se trate de una unidad en la que todos estamos de acuerdo en todo, sino una unidad en la que, en medio de los desacuerdos, recordemos que todos llevamos cargas de dolor y tristeza. Aun cuando no tenemos la misma perspectiva, tenemos en común aquello que nos hace llorar.

Incluso si estamos completamente divididas en algunas ideas y opiniones, podemos recordar que estamos profundamente unidas en nuestras lágrimas y en nuestro amor por Jesús. Y con esto en común, las creyentes demostramos al mundo que con Jesús, la unidad y la paz son posibles.

Ves, cuando hay ese tipo de unidad entre nosotras, el mundo a nuestro alrededor se ve mucho más hermoso. Y los demás sabrán, por nuestra unidad y nuestro amor, que Jesús fue enviado por Dios para redimir al mundo.

Que cada una de nosotras elija adoptar una unidad y un amor que honren a Dios en nuestras vidas hoy mismo. Lo honramos más cuando vivimos Su oración.

Dios Padre, Tú anhelas que yo reciba y viva el amor de Jesús. Que camine en unidad y amor. Ayúdame a derribar barreras de juicio y odio. Ayúdame a aferrarme a Tu verdad y caminar en Tu gracia mientras amo sinceramente a los demás. A través de Tu sanidad, ayúdame a conectarme con otras personas, de corazón a corazón, sin importar en qué parte del proceso me encuentre. Que mi corazón sea suavizado y mi vida sea cambiada por Tu llamado a la unidad y al amor. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Jesús oró por nosotras. ¡Ahora oremos unas por otras! Te invitamos a compartir tus peticiones y a orar por las demás en nuestro Muro de oración. Juntas, creyentes de todo el mundo pueden unirse a ti para elevar tus alabanzas, necesidades y preocupaciones al Señor.

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PROFUNDICEMOS

Juan 17:26, Yo les he dado a conocer tu nombre y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo mismo esté en ellos». (NVI)

¿Hay alguna relación en tu vida en la que sabes que el enemigo está tratando de causar división? ¿Cómo podría el amor de Cristo por ti ayudarte a ver a esa persona de manera diferente? ¿Cómo podría una perspectiva centrada en Cristo ayudarte a amarles como Él te ha amado?

¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

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