 | 18 de junio de 2024 La debilidad es en realidad un regalo |
Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». 2 Corintios 12:9a (NVI)
Hace poco, amanecí con dolor de espalda. ¿Cómo sucedió esto? Me pregunté.
¿Acaso me ejercité demasiado? Hacía semanas desde que había hecho ejercicio.
¿Habré alzado algo pesado? Normalmente, cuando hay que levantar algo pesado, llamo a uno de mis hijos.
Entonces, ¿por qué me dolía la espalda? La realidad es esta: porque me desperté.
Probablemente me di la vuelta demasiado rápido durante la noche, lastimándome la espalda. Mientras escribo esto, siento el dolor agudo entre mis omóplatos cuando me muevo de cierta forma, un recordatorio de la realidad de mi debilidad.
Nadie quiere la debilidad. Nadie quiere aceptarla. No se defiende ni se celebra en nuestra sociedad y cultura. Sin embargo, cuando recurrimos a las Escrituras, vemos que la debilidad es el lugar perfecto para que experimentemos el poder de Dios.
En 2 Corintios 12:9a, Dios dice, “«Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad»”.
La presencia de debilidad en nuestras vidas no es evidencia de la crueldad de Dios, sino que es exactamente lo que necesitamos para que recordemos Su bondad. Él está comprometido a estar con nosotros en y a través de nuestra debilidad.
Siempre me ha fascinado la historia de Jacob cuando luchó con Dios en Génesis 32:24-32. Jacob llamó al lugar de su lucha “Peniel”, que significa “rostro de Dios”, porque vio a Dios cara a cara, y sin embargo no perdió la vida. ¡Qué locura! Luego nos enteramos de que Jacob caminaba y “cojeaba de su muslo” (Génesis 32:31, NBLA).
Jacob luchó con el Creador del cosmos, ¡y salió solamente cojeando! Si esto no es la misericordia y la bondad de Dios, no sé qué es. Pero tener una cojera por el resto de su vida debe haber sido devastador de alguna manera. En el mundo antiguo, la gente caminaba por todas partes. Esta cojera habría representado una realidad de debilidad interna para Jacob y una debilidad visible y externa para todos los que lo veían.
Pero creo que la persistencia de la cojera no fue una crueldad de Dios. Más bien, era una bondad porque esta debilidad siempre sería un recordatorio de un momento de humildad santa.
La humildad es una conciencia de quién es Dios, que define quiénes somos para que podamos relacionarnos correctamente con otras personas.
Jacob vio e interactuó con Dios. Y al final, Jacob recibió una bendición de Dios, la cual cambió su vida para siempre.
En otras palabras, la debilidad de Jacob fue tremendamente valiosa porque le inculcó un sentido profundo de humildad. Esa humildad le serviría de protección y salvaguarda mientras caminaba cojeando, siempre consciente de la bendición de Dios sobre su vida. Este fue un momento santo y humilde para Jacob.
Hoy en día, tú y yo también enfrentamos debilidades y limitaciones. El temor puede estar entrando en tu corazón al darte cuenta de que no tienes control sobre cierta área de tu vida. Amiga, quiero recordarte que cuando te vuelves íntimamente consciente de tus límites e incapacidad, estás en el lugar perfecto para tomar conciencia de la capacidad ilimitada e infinita de Dios.
Señor, gracias por Tu bondad. Ayúdanos a ver nuestras debilidades no como cargas que tenemos que sufrir, sino como ventanas a través de las cuales podemos verte claramente. Oramos por una conciencia profunda de Tu fuerza, estabilidad y poder, en los que confiamos todos los días. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Salmo 10:17, Oh SEÑOR, Tú has oído el deseo de los humildes; Tú fortalecerás su corazón e inclinarás Tu oído. (NBLA)
¿Cuál es una debilidad con la que estás luchando en este momento? ¿Cómo puedes permitir que esa debilidad sea un recordatorio santo para ti de la gracia, el poder y la fuerza de Dios? ¡Compártelo con nosotros en los comentarios!
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