7 de julio de 2021 La obediencia abrirá puertas que nunca imaginaste fuera posible |
Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Santiago 1:22 (NBLA)
«Siento que Dios me está diciendo que dé un paso gigantesco de fe, y aunque parezca incierto en este momento… creo que deberíamos hacerlo.»
Estas palabras daban miedo viniendo de mi boca, mientras me sentaba en nuestra sala de estar con mi esposo. Con un embarazo de 35 semanas de nuestro primogénito, hablaba de dejar mi trabajo bien remunerado, para lanzarme al sueño de construir un negocio cuya misión era la de crear más conversaciones sobre Jesús.
Mi esposo tenía un salario de maestro que no alcanzaba a cubrir nuestros gastos mensuales. Pero me tomó de la mano, sonrió y dijo: «Hagámoslo». Mientras oramos juntos, el Espíritu Santo dejó ver claramente que ese era el camino que tenía para nosotros. ¿Cómo íbamos a lograrlo económicamente? No sabíamos muy bien. De lo que sí estábamos seguros era que Dios nos estaba guiando y nosotros escucharíamos.
Dios nos llama a cada una de nosotras a hacer cosas grandes y que, a veces nos aterran. El dar ese primer paso de obediencia podría ser:
‑ Mudarse a un nuevo lugar al que Dios te está llamando.
‑ Hablar sobre una situación que el Espíritu Santo puso en tu corazón.
‑ Comenzar tu propio estudio bíblico para llevar a otras a Jesús.
Nuestro versículo clave, Santiago 1:22, está al comienzo de un pasaje que habla acerca de ser personas de acción y no solo ser oidores:
Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguien es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace (Santiago 1: 22-25, NBLA).
La traducción griega de “hacer” en este pasaje es “poieo”, que significa “hacer bien”. Entonces no te quedes sentada de brazos cruzados escuchando Su Palabra; haz lo que te dice y hazlo bien. No es escuchar el sermón, salir por la puerta y olvidarlo. Anímate: ¡sal al mundo y haz las cosas difíciles!
Mantén estrecha tu relación con Jesús y camina con Él a lo largo de tu día. Cuanto más hagas esto, más fácil será escuchar lo que Él quiere que hagas. A cada una se nos ha asignado una misión mientras estamos aquí en la tierra, y si no escuchamos atentamente lo que Dios nos está hablando, se nos podría escapar.
La mayoría de las veces, estará fuera de tu zona de comodidad. Recuerdo estar tan asustada la primera vez que sentí el llamado de orar por un extraño. ¿Quién? ¿Yo? No soy buena con las palabras y nunca me he sentido “calificada” para esas cosas, pero tenía el hábito de decir “sí” y no podía detenerme ahora. ¿El resultado? El Espíritu Santo tomó el control y ahora tengo un recuerdo que nunca olvidaré.
El viaje de obediencia no ha sido fácil y estoy lejos de ser perfecta, pero no lo cambiaría por nada en el mundo. Cada empujón me ha hecho más valiente. Cada “sí” ha cambiado vidas. Seguir a Jesús no hace que la vida sea fácil y próspera; Jesús nos dice esto en Juan 16:33. Pero puedo decirte que con cada paso de obediencia que das, las puertas se abrirán y sucederán cosas asombrosas.
Entonces, ¿cómo se ve todo para mí ahora, luego de haber hecho algo tan osado?
He estado dando pasos adelante con fe, escuchando atentamente Sus susurros, y han sucedido cosas asombrosas. A través del negocio que lanzamos mi esposo y yo, estamos creando conversaciones sobre Jesús en todo el mundo, en los Estados Unidos y en veinticinco países más. Y no soy solamente yo; cinco mujeres increíbles se han unido a nosotros para mantener nuestra misión en acción. Todavía tengo que entregarle diariamente las preocupaciones financieras, pero hay mucha libertad al darle todo a Él, quien siempre ha cuidado de nosotros mientras seguimos Sus pasos.
Dios siempre nos está empujando a hacer cosas incómodas. Siempre nos susurra planes. Y escuchamos porque sabemos que Él tiene una razón en cada cosa pequeña, incluso si todavía no podemos verlo.
Cuando sientes esa presión en tu corazón para hacer algo incómodo, o tal vez incluso un poco loco, ¿actúas en consecuencia? ¿Bajarás la guardia, saldrás y te arriesgarás a hacerlo? Puedo decirte ahora mismo: no hay nada demasiado grande ni demasiado aterrador para nuestro Dios. Él está escribiendo tu historia… permite que Él te dirija.
Padre Celestial, gracias por la oportunidad de escucharte y por alentarme hacia la vida hermosa que tienes para mí. Por favor, dame audacia para perseguir las cosas que has puesto en mi corazón, y consuélame cuando sienta que son demasiado para mí. Sé que contigo todo es posible. Ayúdame a ser hacedora de Tu Palabra y no solo oidora. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Para saber más sobre Nichole Kirk y el ministerio al que la llevó su gran paso de obediencia, síguela en Instagram en @dearheartco. También puedes visitar su sitio web Dear Heart.
Profundicemos
Juan 16:33, Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo». (NBLA)
¿Qué es una de las cosas a las que Dios te ha estado empujando a hacer que pareciera demasiado grande o incómoda para ti? ¿Qué pasos planeas tomar para comenzar el hábito de decir “sí” en obediencia?© 2021 por Nichole Kirk. Todos los derechos reservados.
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