 | 2 de septiembre de 2024 Momentos de indecisión en la maternidad: qué hacer cuando no hay una respuesta clara y correcta |
Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5 (NBLA)
Nos encontramos con muchas decisiones en la maternidad que no parecen tener una clara respuesta, correcta o incorrecta. Esas “áreas ambiguas”, o decisiones cotidianas de la maternidad que no se abordan explícitamente en las Escrituras, pueden hacernos tropezar fácilmente, haciéndonos sentir paralizadas y ansiosas. Cosas como:
¿Debo registrar a mi hijo en este deporte?
¿En qué colegio debo matricular a mi hijo?
¿Cuándo darle un teléfono a mi hijo?
¿Debo permitirle ver ese programa, escuchar esa música o pasar tiempo con ese amigo?
Afortunadamente, la Palabra de Dios nos sigue dando dirección y consejos para que podamos emplear la sabiduría bíblica en esas áreas ambiguas. Seguir la sabiduría bíblica significa aplicar lo que sabemos de Dios y de Su Palabra a la situación que tenemos por delante, y es una habilidad que podemos aprender con Su ayuda. Santiago 1:5 dice: “si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
Pedir sabiduría a Dios es nuestro primer paso cuando nos enfrentamos a una decisión en un momento de incertidumbre. Además, he aquí tres preguntas útiles para buscar sabiduría en situaciones poco claras:
1. ¿Vale esto la pena para mí y para mi familia?
Aunque la idea de costo o valor automáticamente nos hace pensar en dinero, ésta no es la única manera de cuantificar el valor. Las actividades, los estilos de vida y los objetos materiales también pueden costarnos tiempo y atención. Deberíamos calcular cuidadosamente el valor de nuestras elecciones en el contexto de la oración y de la Palabra de Dios, consultando también a nuestro cónyuge si estamos casadas, y a nuestra comunidad cristiana (cuando sea apropiado). Luego, si seguimos adelante y decimos «sí», podemos hacerlo con los ojos bien abiertos ante los desafíos y riesgos, dispuestas a tratar de mitigarlos con el liderazgo y la ayuda de Dios (Lucas 14:28).
2. ¿Coincide esto con la misión de mi familia?
Cada familia tiene una misión única dada por Dios. Antes de invertir tiempo o dinero en algo, podemos detenernos a considerar cómo encaja en nuestra misión como mujer, esposa y/o madre, así como en la misión de nuestra unidad familiar. A veces vemos a otras haciendo cosas que parecen interesantes o asombrosas, y adoptamos esos objetivos para nosotras mismas, solo para darnos cuenta más tarde de que esas cosas no encajan con la vocación que Dios nos ha dado (Efesios 4:1).
3. ¿Qué tan permanente es esta decisión?
Algunas decisiones son fáciles de cambiar, otras conllevan un mayor nivel de compromiso y otras pueden ser casi permanentes. No necesitamos vivir con miedo de tomar una decisión importante. Pero si es posible, podemos evaluar la permanencia de la decisión y alinearla con la cantidad de tiempo, cuidado, consideración y atención que le damos a medida que avanzamos.
Cuando aprendemos a negociar las áreas ambiguas de la vida utilizando la sabiduría inspirada en el Evangelio, podemos caminar en libertad, capaces de vivir para la gloria de Dios sin miedo, culpa ni vergüenza.
Padre, dame sabiduría en las decisiones para las que no tengo una respuesta clara. Sé que Tú das sabiduría a todos los que te la piden, así que por favor concédeme discernimiento para tomar decisiones para mi familia única y para caminar con confianza como la madre que Tú me creaste ser. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Proverbios 2:6, Porque el SEÑOR da sabiduría, De Su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. (NBLA)
Proverbios 3:5-6, Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. (NBLA)
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© 2024 por Emily A. Jensen and Laura Wifler. Todos los derechos reservados.
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