Lysa TerKeurst

12 de noviembre de 2024

Pero no soy como la mujer de Proverbios 31…
LYSA TERKEURST

El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al SEÑOR será sumamente alabada. Proverbios 31:30 (NTV)

¿Alguna vez te has sentido como si no fueras suficiente debido a lo que has vivido?

Yo también me he sentido así.

Hace varios años, cuando era una mamá joven, leí Proverbios 31 por primera vez, el cual describe a una mujer de carácter noble, y pensé que la mujer de Proverbios 31 era abrumadoramente perfecta.

A lo largo de muchas otras temporadas y situaciones difíciles que he vivido, me he encontrado sintiéndome no solo intimidada por Proverbios 31, sino a veces incluso, derrotada por esta mujer cuya vida entera parece estar llena de alabanzas.

Por eso, me compadezco por aquellas de ustedes que preferirían saltarse este pasaje de las Escrituras. Sé lo pesadas que pueden sentirse estas palabras en tu corazón, resonando fuertemente: «no soy suficiente».

Pero, ¿y si te dijera que la intención detrás de Proverbios 31:10-31 es celebración y no condena?

Lo primero que quiero resaltar, es que este no es sólo un capítulo sobre la esposa de carácter noble, es también acerca de una mujer de valor. Una mujer valiente. Una mujer de fortaleza y dignidad.

Y el hecho de que estés leyendo este devocional, buscando a Dios y persiguiendo la sanidad de las circunstancias dolorosas que has atravesado, es evidencia de que eres una mujer de valor, valentía, fortaleza y dignidad. Así que, Proverbios 31 es para ti y para mí.

En la cultura judía, estos versículos se leen en voz alta durante el Sabbat como una celebración de las mujeres. Esto de ninguna manera condena a las mujeres por lo que no son; sino que celebra la manera en que cada mujer, con sus propias expresiones únicas, puede vivir las virtudes detalladas en este capítulo. Estas palabras son una celebración de quién es ella y no tienen la intención de decirle a una mujer que debe ser más de lo que es.

¿No es así cómo debería ser?

Mujeres valientes celebrándose entre sí, y siendo celebradas por aquellos a quienes aman… todo bajo el estandarte de honrar a Dios, sirviendo por amor y sonriéndole al futuro. También me encanta cómo Proverbios 31:30 nos recuerda lo que realmente vale la pena celebrar: “El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al SEÑOR será sumamente alabada”.

No es la mujer con una casa impecable la que debe ser alabada. No es la mamá con hijos que se comportan perfectamente. No es solamente la mujer casada y con hijos.

Es la mujer que teme al Señor la que será alabada. Y este tipo de temor se refiere a estar completamente asombrada por Dios. Describe a una mujer que honra a Dios buscándolo en todo lo que hace y confiando en Él de todo corazón. Su reverencia se desborda en una vida de sabiduría y madurez espiritual.

Y no olvidemos mirar los versículos de hoy en el contexto del por qué Dios nos dio este libro de la Biblia. El primer capítulo de Proverbios nos dice que existe para que podamos obtener sabiduría, instrucción, entendimiento, conocimiento, discreción y guía. Proverbios 2:1-5 nos recuerda que, al recibir y aplicar los mandamientos de Dios, podremos entender cómo encontrar el conocimiento del Señor.

La sabiduría es tanto un regalo de Dios como un proceso de aprendizaje. Proverbios 31 puede ser confuso, pero ¿qué pasaría si tomáramos a Dios en Su palabra y eligiéramos creer que estas palabras contienen cosas buenas y agradables para nosotras? ¿Qué pasaría si nos desafiáramos a mirar este pasaje de cerca, y lo recibiéramos como un regalo para nosotras y ver de cuáles versículos necesitamos aprender? ¿Y si hablamos estas palabras sobre nosotras mismas y sobre las mujeres en nuestras vidas como una forma de celebración en lugar de condena, dándonos cuenta de que nuestras historias no nos descalifican?

Dios incluyó estas palabras en Su Palabra para toda la eternidad, querida amiga. Y eso me dice que son necesarias y están destinadas para nuestro bien. Pidamos que Él nos ayude a aprender de ellas hoy.

Padre Dios, confieso que a veces observo la mujer de Proverbios 31 y siento que nunca seré suficiente. Pero me doy cuenta de que su propósito no es avergonzarme. Su ejemplo está ahí para recordarme que debo mirarte a Ti y vivir para Ti en todo lo que hago. Ayúdame a recibir estas palabras Tuyas como un regalo. Y muéstrame cómo vivirlas de acuerdo con la manera única en que Tú me diseñaste con propósito. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Proverbios 31:25, Está vestida de fortaleza y dignidad, y se ríe sin temor al futuro. (NTV)

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