 | 15 de octubre de 2024 ¿Se puede realmente confiar en esta persona? |
Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino: síguelo». Isaías 30:21 (NVI)
“¿Puedo fiarme de esta persona?” es una gran pregunta.
Cuanto más presionadas nos sentimos interna o externamente, para dar una respuesta definitiva, más arriesgado parece el resultado.
¿Cómo puedo saber que alguien que ha traicionado mi confianza ahora está en condiciones de ser responsable con mi confianza? Tomará tiempo.
Cuanto mayor sea la traición, más tiempo tardará la reparación.
¿Cómo puedo saber si una persona nueva en mi vida es digna de confianza? Eso también llevará tiempo.
¿Cómo sé que puedo confiar en mí misma para discernir adecuadamente la confiabilidad de alguien cuando me he equivocado antes o me han hecho sentir como si estuviera “loca” por hacer preguntas cuando las cosas no tenían sentido? Una vez más, tomará tiempo.
Sin embargo, el tiempo en sí no es suficiente. Construir o reconstruir la confianza requiere una combinación de tres cosas:
- Tiempo.
- Comportamiento creíble.
- Historial de confiabilidad.
Dar pequeños pasos permite que sucedan las tres cosas.
En mi caso, yo sabía que, si iba a poder volver a conectar con las personas que habían traicionado mi confianza en el pasado, o si iba a considerar una nueva relación, no sucedería de la noche a la mañana. También sabía que, si iba a aprender a confiar de nuevo en mi capacidad de tener un discernimiento sabio y restablecer mi confianza en escuchar al Señor, tendría que suceder lentamente. Isaías 30:19-21 ha sido un gran consuelo para mí a medida que comencé a dar pequeños pasos hacia la confianza:
Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás. Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo» (NVI).
El principio de estos versículos es que Dios nos responde cuando clamamos a Él. La “derecha” o “izquierda” mencionadas significan que mientras nos quedamos dentro de la voluntad y el mandato de Dios, nos dirigimos en Su dirección, y vamos a escucharle. Él nos guiará. Dicho de otro modo, la meta es vivir vidas de congruencia donde nuestras vidas se alinean con la Palabra de Dios.
Pero ¿qué hacemos con la lentitud de todo este proceso de confianza? ¿Qué pasa con lo doloroso que puede ser esperar para ver si alguien es confiable?
El contexto histórico de estos versículos me da un gran consuelo frente a estas preguntas comprensibles. Isaías se dirigía a los israelitas en una temporada de espera. Esperar puede ser solitario, y a veces podemos sentirnos derrotadas. Esperar también puede hacernos sentir increíblemente ansiosas cuando hay tantas incógnitas.
Pero recuerda esto: cuando estamos esperando en Dios, realmente estamos esperando con Dios. El hecho que el Maestro está detrás de nosotras trae a la mente la cercanía de Dios.
Cuando pregunté a mi amigo, Dr. Joel Muddamalle, acerca de estos versículos, él dijo: «Aquí lo importante es la naturaleza atenta del seguidor de Dios que desea ser guiado por Dios. El Nuevo Testamento desarrolla esto más a fondo con el concepto de una vida llena del Espíritu de los creyentes. Somos guiados por el Espíritu Santo, no basados en nuestra propia ambición, sino en la visión y dirección de Dios» (ver Gálatas 5:16-25 y Juan 16:13).
¿Qué pasa si nos equivocamos y doblamos a la izquierda o a la derecha fuera de la voluntad de Dios? Cuando esto sucede, Dios llamará y nos hará volver al camino correcto. Una de las cosas que a menudo se pasa por alto en el versículo clave de hoy es el hecho de que Isaías no esperaba la perfección. Él supuso que habría momentos de error, momentos en que nos desviaremos, pero mientras nuestros corazones estén dispuestos a recibir corrección, podemos estar seguras de que Dios nos redirigirá.
Amiga, cualquiera sea la forma en que des pequeños pasos para construir o reconstruir la confianza, espero que te aferres al Dios que está allí contigo.
Señor, Tú conoces mi deseo de tener relaciones cercanas basadas en la verdad y la bondad. También ves mi tendencia, debido a lo que he pasado, a aislarme de las personas que me rodean cuando las cosas parecen aterradoras y desconocidas. Ayúdame a avanzar como la versión sanada de mí misma: aquella en la que Tú me estás convirtiendo. Esto se siente desordenado e impredecible, pero sé que puedo confiar en Ti y en las formas en que estás trabajando en mí y para mí. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Juan 10:27-28, Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. (NVI)
¿Cómo te brinda consuelo saber que Jesús está contigo en tu propio camino? ¿Qué oyes que te dice hoy Su voz?
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