La controversia acerca de si las personas deberían compartir “lo silencioso” puede calentarse. Algunos piensan que no es bíblico. Tienen razón en un sentido; no hay ilustraciones bíblicas. ¡Pero no está prohibido! Solo Dios conoce el corazón y las capacidades de quien ora. “Lo silencioso” no necesariamente significa “oculto”. Puede simplemente significar una respuesta dolorosa, un llanto de un corazón. La mujer con un sangramiento interno no hablo en el relato de Mateo 9:20-22, pero Dios respondió al llanto de su corazón y acto de fe. A pesar de nuestras tantas, y a veces, palabras vacías en público, el Señor nos fomenta a orar en privado, porque a veces los detalles son explicados de una mejor manera a él solo. Aun sin palabras, Él siempre escuchará nuestros pensamientos. Mientras algunos dicen que debemos confrontar a aquellos que hacen requerimientos silenciosos, esto los avergonzaría. Qué mejor que pedirle al Señor que nos ayude a crear un momento de enseñanza al hablar de forma privada acerca del valor de compartir requerimientos específicos con el Cuerpo de Cristo. Entendemos esto de las escrituras: El Señor desea que nos unamos, y acordemos colocar nuestras necesidades en oración y confesar nuestros pecados los unos a los otros. Aun así, pienso que podemos orar por aquellas peticiones silenciosas, porque algunos aún se encuentran luchando con una carga o dilema confuso, y necesitan oración desesperadamente mientras no estén listos para compartir esa carga con otros. En vez de decir tantas cosas que puedan llevar a la confusión o a la condena, ellos están procesando. Se nos llama a orar por otro aun si no conocemos sus necesidades específicas. Somos llamados a llevar la carga de otros. Algunos incluso discutirían, “¿Cómo puedo llevar sus cargas si no las conozco?” ¡La verdad es que, a veces su carga más grande en el momento es no saber cómo expresar una carga de forma adecuada! ¿Cómo oramos por aquellos que sinceramente comparten una petición “silencioso”