10 Formas De Ser Valiente En La Oración

1 Juan 5:14 “Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.”

Dios siempre responde las oraciones – a veces no con la respuesta que queremos, pero Él no ignora las plegarias de sus hijos. La mayoría del tiempo, si creemos que Dios no contesta, es porque no estamos escuchando. Toma el tiempo de alejarte de las cosas que te distraen del Señor, y enfócate en escuchar a tu Padre Celestial quien anhela hablarte.

Santiago 4:2 … “Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís.”

A veces Dios responde a nuestras oraciones con un simple, “no.” Pero a Él aún le importa. Él conoce cada cabello de nuestra cabeza y los anhelos de nuestros corazones, y no es indiferente a ninguno de ellos. A veces, no tenemos porque no pedimos. No tengas culpa de eso – ¡trae tus peticiones ante el Señor con confianza y verdad!

Santiago 1:6-8 “Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.”

En Josué 10, Josué estaba perdiendo la batalla. Él hizo una gran oración – de que el sol permaneciera firme en el cielo. Dios le contestó, y la batalla fue ganada. Necesitamos dejar de intimidarnos al pedir milagros. Está de parte del Señor otorgarlos – y de nuestra parte pedirlos. Dios no necesita nuestras oraciones para proveer, pero Él a menudo nos invita al proceso. Las oraciones respondidas hacen crecer nuestra fe. ¡Ora en grande!

A veces nos resistimos a orar porque tenemos miedo de la respuesta. Queremos la voluntad u orientación de Dios en nuestras vidas, pero estamos secretamente temerosos de que Él nos mande a caminar a través de una puerta que no queremos abrir – o quizás lo opuesto. Quizás tienes miedo de que Él vaya a cerrar una puerta por la que quieres pasar desesperadamente. De ambas maneras, sé valiente y ora a través del miedo. Puedes confiar en Su cariño hacia ti y saber que Su respuesta es por tu bien.

Agradecidamente, la respuesta a nuestras oraciones no reposa en nosotros. No sé tú ¡Pero yo no quiero esa responsabilidad! Dios es soberano, y nosotros no – por una buena razón. Cuando oramos, podemos confiar en que Él responderá con lo mejor. No estamos orando en un esfuerzo desesperado para cambiar la mente de Dios, estamos orando en un esfuerzo por cambiar nuestros corazones. Él ve el escenario completo. Podemos confiar en que Él responderá por nuestro bien y para Su gloria.

A veces nos resistimos a orar porque pensamos “Si Dios es soberano, ¿importa de verdad que ore? A decir verdad, si importa. Hay muchos versos en la biblia que nos mandan a orar. Si no fuese importante, Jesús no habría enseñado a los discípulos a orar cuando ellos lo pidieron. También, considera Hebreos 4:16 “Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.”

Él no habría ofrecido eso si nuestras oraciones no tuvieran efecto. También recuerden a Elías. Santiago 6:17-18 “Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia y la tierra produjo su fruto”

Así que ora -- ¡y hazlo a menudo!

Los obstáculos, así como la falta de perdón albergada, puede obstruir nuestra vida de oración. Santiago 5:16 aclara esto. “Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.” La Biblia también habla acerca de arreglarnos con nuestro hermano antes de traer el sacrificio al altar (Mateo 5) Si oras por un asunto de tu vida y no parece haber una respuesta, considera esta posibilidad la razón, y haz de tu parte para arreglar las cosas.

Muy a menudo, nuestras oraciones se evaporan en motivos egoístas. Somos humanos, es natural. Pero deberíamos luchar contra la carne y evaluar nuestras oraciones – ¿es la raíz de ellas para darnos gloria, o dar gloria a Dios? Algo que tener en mente mientras presionas con oraciones valientes.

1 Tesalonicenses 5:16-18 “Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.” La Biblia nos insta a orar sin cesar – lo que significa, que estemos siempre con una actitud de oración. Cuando desarrollamos la conciencia necesaria para activar esta disciplina, veremos como el orar más frecuentemente nos lleva a escuchar más respuestas.

Como mujeres, estamos bombardeadas con la inseguridad. Pero nuestra identidad no se basa en las redes sociales, nuestras carreras o nuestros roles como madres y esposas.

Romanos 8:15-18 “Pero os he escrito con atrevimiento sobre algunas cosas, para así hacer que las recordéis otra vez, por la gracia que me fue dada por Dios, para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo. Por tanto, en Cristo Jesús he hallado razón para gloriarme en las cosas que se refieren a Dios. Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, en palabra y en obra,”

Junto a Cristo somos herederos – hijos del Rey. Debemos orar desde esta posición con confianza.