¿El estado de tus finanzas acelera tu pulso? ¿Tu cerebro rompe cifras cada noche luego de que se supone deberías estar dormido? En nuestra economía incierta y rápidamente inflacionaria, los asuntos del dinero pueden aumentar nuestro estrés radicalmente. La mayoría de nosotros recuerda el enredo que golpeó con un gran alcance a la economía en el 2008. Millones de personas, algunos cerca de la edad de jubilación, perdieron sus trabajos. Casi cuatro millones de hipotecas se perdieron. Aunque las cosas han mejorado un montón desde ese entonces, el 80 por ciento de los americanos hoy en día se encuentran endeudados, algunos casi por los cientos de miles de dólares. Es difícil donar generosamente o participar en misiones a corto plazo cuando los acreedores nos están acosando. No podemos experimentar por completo la vida abundante que Cristo prometió si estamos enterrados en deudas y esclavizados a nuestra chequera fluctuante. Si los temores financieros dominan tus pensamientos ¡Motívate! Jesús no es solamente el Dios de nuestra salvación. Él es Jehová-Jireh –nuestro proveedor, guía y ayuda siempre presente; y Él anhela llevarnos hacia niveles más profundos de libertad en cada área; incluyendo nuestras finanzas. Acá hay 10 oraciones que pueden ayudarte a alinear tu corazón, prácticas, y, por lo tanto, tus finanzas, con la voluntad perfecta de Dios.
1. Señor, ayúdame a confiar en Ti.
La obediencia viene de la rendición y la rendición yace en la confianza. Podemos saber intelectualmente que Dios todo lo sabe, es todopoderoso y tiene un plan bueno y amoroso para todos. Pero podemos perder de vista aquellas verdades cuando los acreedores vienen a tocar la puerta o cuando llegan las facturas por servicios médicos. En esos momentos, nuestras mentes infinitas, distraídas tienden a enfocarse en problemas en vez de hacerlo en el Dios que nos ama. El resultado –un incremento en la ansiedad y, una disminución de la sensibilidad espiritual.
La solución es redireccionar nuestros pensamientos. Pedirle a Dios ayuda y luego escoger confiar en que Él nos ayudará. Cuando el caos llega, podemos sentirnos como si fuéramos víctimas de nuestras circunstancias –y ansiedad. Pero mientras nos acercamos a Cristo en oración, Su Espíritu Santo nos empodera, nos de valentía y nos suaviza, recordándonos que Él es nuestro Jehová-Jireh (Génesis 22:14), y cubrirá todas nuestras necesidades de acuerdo a su riqueza gloriosa en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).
2. Señor, cambia mi corazón.
A veces las crisis financieras vienen de crisis inesperadas, pero muchas veces la avaricia, el egoísmo y la impulsividad tienen la culpa. Vivimos en una cultura consumista que celebra la gratificación instantánea. Como resultado, hemos crecido acostumbrados a comprar lo que sea cuando queramos. El derecho y la corriente oculta del descontento que usualmente siguen pueden ser difíciles de vencer. Trabajamos fuerte; ¿por qué no podemos tener ese automóvil nuevo, una casa más grande o unas vacaciones lujosas de siete días?
No hay nada malo en viajar o disfrutar de cosas agradables –si nuestras finanzas lo permiten y nuestros corazones están en sintonía con Cristo. Pero si dejamos que nuestro estatus económico defina o nos complete, nos hemos deslizado a la idolatría y fuera de la voluntad de Dios; ese es un lugar peligroso para estar, financieramente o de cualquier otra manera.
Si queremos aumentar nuestra intimidad con Dios y la paz y claridad que él ofrece, necesitamos pedirle que reemplace nuestros deseos idólatras con un corazón que palpite sólo para Él.
3. Señor, otórgame contentamiento
He descubierto que necesito repetir esta oración a menudo –cada vez que un descontento codicioso surge. Cuando nuestra hija era más joven, vivíamos en los suburbios de Los Ángeles, y yo estaba rodeada de personas con mucho más dinero del que nosotros teníamos (o al menos, que gastaban rutinariamente más de lo que nosotros lo hacíamos). Inicialmente, tratamos de igualar las prácticas de nuestros amigos y quedamos enterrados en deudas. Una navidad, con tarjetas de crédito llenas y una cuenta bancaria casi vacía, fuimos forzados a tomar una decisión: aplicar por más crédito o cambiar drásticamente nuestros hábitos.
Dios alabado, por Su gracia, escogimos la segunda y nuestro viaje comenzó aprendiendo a estar contentos. Para nosotros, esto significaba, comprar un automóvil usado en vez de uno más nuevo, y conducirlo también luego de pasada su etapa glamorosa. Para Pablo, el apóstol quien escribió el pasaje citado muy a menudo acerca de aprender el secreto de estar contento en la plenitud o en la necesidad, que significaba cultivar la alegría mientras estuviera encarcelado y la gratitud por cualquier lonja de pan que Dios proporcionaba.
Esto puede parecer duro, incluso quizás irrealista, pero es interesante notar que Pablo es el mismo hombre que escribió Filipenses, el libro de la alegría.
¿Puede ser que el contentamiento nos abra camino a la alegría y en el proceso hacia la libertad financiera?
4. Señor, dame confianza
A menudo me he preguntado cómo se verían mis gastos si no tuviera que impresionar a nadie. Si viviera en alguna isla remota sin algún otro contacto humano, ¿me importaría lo que uso? ¿El carro que condujera o como estaría decorada mi pequeña cabaña? Aunque esta línea de pensamiento puede parecer tonta, ilustra una premisa importante –muchos de nosotros gastamos dinero que no tenemos para impresionar a otros. Bien sea que involucre comprar un automóvil nuevo para lucir más exitosos de lo que somos, o fallar al decir no cuando nuestros amigos sugieren realizar una actividad costosa, esta moda ha llevado a muchos a las deudas.
La solución –estar profundamente centrados en quien –y quienes—somos. Reconocer que somos profundamente amados, y tenemos valor porque el precio que Jesús tuvo la voluntad de pagar por nosotros nos ayuda a alejarnos de la trampa de complacer a las personas –un camino que inevitablemente nos deja emocionalmente, si no financieramente, en bancarrota.
5. Señor, dame un corazón generoso
La avaricia mata nuestras relaciones con otros, nuestra alegría y paz, nubla nuestro oído espiritual e impide nuestra intimidad con Cristo. Después de todo, ¿cómo podemos estar en comunión con el Dios que dio Su todo para que pudiéramos vivir si estamos siguiendo ese camino con las manos hechas puños? Además, ¿por qué nos bendeciría materialmente cuando solo vamos a usar nuestra riqueza para gratificar nuestros deseos?
Todo lo que tenemos pertenece a Dios para ser usado por Él para Su gloria. Al haber aclarado esto, considera las palabras de Jesús en Lucas 16:11-12, “Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? Y si no habéis sido fieles en el uso de lo ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
6. Dios, ayúdame a vivir con integridad.
Podríamos fácilmente repetir las palabras de Jesús de Lucas dieciséis aquí, comenzando con el versículo 10, “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho.” Tanto lo que hacemos, como lo que no hacemos revela y construye nuestro carácter, y ambas reflejan a Cristo o distorsionan su imagen.
La mayoría de nosotros probablemente nunca consideraría seriamente evadir impuestos o el fraude, pero podríamos estar tentados a comportarnos decepcionantemente en otras situaciones con menores consecuencias. Podemos no pensar en que tomar un puñado de ganchos de papel de la oficina o enviar uno o dos faxes personales es algo muy grande, pero cuando Dios les dio a los hombres los Diez Mandamientos, no estableció una escala para la honestidad. Al contrario, Las Escrituras dicen que Dios odia todo lo deshonesto y demanda que sus seguidores vivan con la más alta integridad en todos los asuntos, incluyendo la forma en que manejamos nuestras finanzas.
7. Jesús, ayúdame a perseverar
Crear un presupuesto que funcione puede ser desafiante. Vivir de acuerdo a ese presupuesto por más de varios meces puede sentirse prácticamente imposible, especialmente si estamos intentando saldar nuestras deudas. Los hábitos de gasto toman tiempo para cambiar, y aunque el impulso a comprar pueda aumentar rápidamente, sospecho, que en nuestra cultura consumista donde estamos bombardeados con mensajes para comprar, comprar y comprar, siempre encontraremos difícil escoger la frugalidad sobre los momentos placenteros.
Enfocarse en las metas a largo plazo, como comprar o pagar una casa o ahorrar para unas vacaciones puede ayudar. Así como orar por fortaleza para perseverar, incluso si nos encontramos a nosotros mismos comiendo macarrones con queso de caja más veces de las que podamos contar.
8. Dios, ayúdame a alinear mis prioridades con las tuyas.
Cuando mi nivel de entrada y gastos colapsan, es casi siempre una señal de que mis prioridades se han desalineado. Es más probable que haya comenzado a valorar las cosas materiales más allá de las espirituales. Esto es especialmente verdadero cuando puedo encontrar el dinero para comprar esos zapatos adorables en la tienda por departamentos, pero casi siempre me cuesta encontrar suficiente dinero para pagar mi diezmo.
Los placeres materiales no son pecadores, pero si valoramos los accesorios más que ayudar a recaudar fondos para la expansión del reino de Dios, nuestra apariencia tiene una porción más grande de nuestro corazón que Cristo. En Mateo 6:24 Jesús nos dice lo que ocurre cuando perseguimos las riquezas materiales mientras intentamos servir a Cristo. “Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”
9. Jesús, ayúdame a desarrollar un enfoque a largo plazo
Esa cena costosa que sabía tan buena en el momento será olvidada mañana. Ese traje que teníamos que tener hoy puede terminar en nuestro closet hasta el próximo fin de año. Y ese automóvil nuevo que sentimos que nos daría tanto placer se devaluó por $4,000 o más desde el momento que lo sacamos del estacionamiento.
Pero cada dólar que luchamos para guardar seguirá allí para nosotros año tras año. Así como el dinero que invertimos en la jubilación o pagando nuestra casa. En la vida y en las finanzas, el viejo refrán “paga tarde o temprano”, sigue siendo cierto. Las escrituras lo dicen de esta manera, “El que labra su tierra se saciará de pan, pero el que sigue propósitos vanos se llenará de pobreza.” (Proverbios 28:19). Está garantizado que a veces la vida golpea fuerte y las dificultades aparecen a pesar de nuestros esfuerzos más diligentes, pero enfocarse en donde queremos estar mañana, no es lo que nos hará feliz hoy, pero es lo que hará más probable nuestra estabilidad económica.
10. Dios, centra mis pensamientos y mi corazón en las cosas de la eternidad.
He sido buena en negaciones propias, y honestamente, hay veces cuando ahorrar ese dólar hoy para poder disfrutar 10 mañana no se siente como una razón suficiente –especialmente cuando mi café favorito está en juego. Aunque mi corazón anhela cosas con un valor duradero, soy fácilmente atraída por lo que suene más fuerte o brille más. Pero luego Jesús me recuerda de mi propósito pleno –ser parte de su misión de redención—y de repente todos esos objetos que una vez me cautivaron se desvanecen mientras la eternidad entra en el enfoque.
Debido a que estoy parada en frente de mi Salvador, y él me pregunta, “¿Qué hiciste con los dones que te di?” Me gustaría ser capaz de decir algo más que simplemente, “Bebí un montón de café”.
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Jennifer Slattery es una escritora, editora, y portavoz que ha reunido grupos de mujeres, grupos en las iglesias, estudios bíblicos y otros escritores alrededor de la nación. Ella es la autora de seis novelas contemporáneas y mantiene un blog devocional que encuentras en http://jenniferslatterylivesoutlou.com. Ella tiene una pasión de ayudar mujeres a descubrir, aferrarse y vivir en Cristo. Como la fundadora de Ministerios Completamente Amados (http://whollyloved.com) ella y su equipo se reúnen con iglesias para facilitar eventos diseñados para ayudar a mujeres a descansar en su verdadero valor y a vivir con un impacto máximo. Cuando no está escribiendo, leyendo o editando, Jennifer ama ir a citas en el centro comercial con su hija adulta y a citas a tomar café con su esposo súper divertido.