Oración por el trabajo (Habacuc 3:17-19)

La oración puede impactar significativamente el trabajo que hacemos y la forma en la que lo vemos. Incluso, en nuestras oraciones del día a día, a menudo excluimos las necesidades que nos encontramos en el trabajo.  Por cualquier razón, nuestro trabajo y lugares de trabajo no se nos vienen a la mente cuando oramos. Como resultado, puede que no experimentemos la plenitud de lo que Dios quiere para nosotros cuando estamos en el trabajo. Cuando comenzamos a orar por nuestro trabajo, reconocemos que Dios se encuentra activo en todo lo que hacemos, no solo en nuestra vida “personal” y “espiritual”. Y esto es transformador. Aun así, la oración no cambia tanto el corazón de Dios en cuanto a nuestro trabajo como cambia el nuestro. Y cuando comenzamos a ver nuestro trabajo de la forma que Dios lo ve, experimentamos el poder de la oración y de la gracia de Dios.

Más en confianza

La oración por el trabajo o por cualquier otra cosa es un tema profundo, uno que se lleva una vida entera para explorarlo. Un aspecto particular de la oración que es vista a través de la Biblia es su poder de traer cambios. El evangelio le da al creyente cada razón para orar, porque en Cristo Dios ha hecho lo imposible, posible. El evangelio es el poder de Dios de sanar un mundo quebrantado, y este poder se encuentra disponible para aquellos que buscan a Dios con fe. Una de las oraciones que vemos más seguido en la Biblia –especialmente en las cartas de Pablo—es para que el pueblo de Dios sea empoderado. Al estar tentados de temporada en temporada a perseguir el poder por las razones equivocadas, esta forma apropiada de poder es algo bueno. El estudioso del Nuevo Testamento, D. A. Carson ayuda a aclarar por qué Pablo oraba por la iglesia de efeso para experimentar el poder de Dios.

Esta… petición, entonces, es una plegaria por poder –poder de ser santo, poder de pensar, actuar, hablar en formas que agraden a Cristo, poder de fortalecer la resolución moral, poder de caminar con una gratitud transparente hacia Dios, poder de ser humildes, poder de discernir, poder de ser obediente y confiado, poder de crecer en conformidad con Jesucristo… pero el propósito de Dios para los hombres y mujeres que redime no es simplemente que crean ciertas verdades sino transformarlos en un proceso de toda la vida que los lleve hacia el cielo. Y por lo tanto Pablo ora con esas líneas: él pide a su Padre celestial que de sus riquezas gloriosas fortalezca a los creyentes con poder a través de su Espíritu en su ser interior, para que Cristo pueda permanecer en sus corazones a través de la fe.

Pablo quería que las personas vieran a Cristo de forma más clara, y él sabía que el poder de Dios lograría eso. El evangelio es el poder de cambiar personas (Romanos 1:16) y cuando las personas ven a Cristo más claramente, están empoderados para vivir y actuar según la intención de Dios.

Podemos aplicar las enseñanzas de Pablo de tres maneras. Primero, oremos para que el poder de Dios nos ayude a ver los problemas que encontramos en el trabajo como oportunidades para que Dios muestre su gloria. Segundo, oremos para que el poder de Dios nos conforme según la imagen de Cristo. Tercero, oremos para que el poder de Dios nos permita extender su amor hacia otros.  El poder transformador y creativo de Dios está sobre nosotros y puede formar parte significativa de nuestro trabajo y la forma en la que vivimos.

Conectando

Por varias razones, es sencillo olvidar los pros y contras de nuestro trabajo. Nos enfocamos en orar por la familia y amigos o por nuestro crecimiento personal o necesidades pero no oramos por el trabajo. Pero negamos los problemas que surgen desde o en nuestro trabajo. Aun así, Dios quiere abrir tus ojos para ver cómo es capaz de hacer más de lo que puedas pedir o imaginar (ver Efesios 3:20) en cada esfera de tu vida. Su poder no solo cambia la forma en la que vemos, sino la forma en la que oramos. Él quiere que expresemos nuestro agradecimiento hacia él por el trabajo que hacemos, así como también una petición sobre cada preocupación que tengamos. Y quiere que entendamos que la oración por el trabajo puede cambiar incluso nuestras circunstancias en nuestro lugar de trabajo.

ENTRENAMIENTO EJECUTIVO Y DE LIDERAZGO

Al principio de mis treintas, era exitosa y estaba felizmente casada. También estaba orgullosa. No veía la necesidad de Dios en mi vida. Entonces fui diagnosticado con un soplo cardíaco y eso me llevo a explorar la cristiandad. Luego de asistir a la iglesia por dos años, finalmente incline mi corazón orgulloso y me convertí en un cristiano.

Muchos años después, nuestra señora de limpieza hizo una pregunta acerca de un nuevo libro en mi mesa de noche, mi Biblia. Había estado orando para que Dios me mostrara quién había estado orando por mi esposo y por mí. Así que le pregunté, “¿Eras tú? ¿Estuviste orando por nosotros?” Ella respondió, “Sí, oro por mis clientes cada día”. Había una gran brecha socioeconómica entre nosotras, y estoy casi segura de que si ella me hubiera hablado directamente acerca de Dios antes de mi conversión, habría sido muy orgullosa para escuchar. Pero Dios usó sus oraciones para traerme a Cristo.

Soy una entrenadora ejecutiva así que usualmente hay una gran brecha socioeconómica entre mis clientes y yo. En mi trabajo, la oración no se encuentra en el radar –y no es motivada. Sin embargo, he aprendido, que la verdad de Dios es la verdad y eso aplica en todas partes. Si no puedo hablar directamente a mis clientes acerca de Dios, entonces puedo hablar directamente a Dios acerca de mis clientes.

Cuando me convertí en cristiana, pensaba que la oración trataba de prepararme para el trabajo, pero he descubierto que la oración misma es el trabajo. Es el evento principal. Es lo que lleva las escrituras desde la cabeza hasta el corazón. Una oración es una relación –una relación con alguien que lo conoce todo, es sabio y magnificente. Este conocimiento me lleva a orar en el trabajo: “Señor ¿Hay una escritura que sea particularmente pertinente a este problema, a esta persona o a mí?” Una vez estaba trabajando con un cliente que se encontraba en la lista corta para convertirse en el próximo  director ejecutivo de su compañía. Mientras preparaba su reporte de retroalimentación, comencé a imaginar: “Si hago mi trabajo y le doy buena retroalimentación, este tipo será el próximo director ejecutivo, y yo tendré el poder detrás del trono” Era molesto.

Traté de escribir el reporte, pero tuve un bloqueo de escritura por tres días. Esto no me había ocurrido antes. Finalmente me tomé un descanso para escuchar un sermón citando el mensaje de Jeremías a Baruc, el sirviente del rey: “Pero tú, ¿buscas para ti grandes cosas? No las busques; porque he aquí, voy a traer calamidad sobre toda carne’ declara el Señor pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares a donde vayas.” (Jeremías 45:5). Inmediatamente sentí una punzada en el corazón. Mientras oré, Dios me atrapó: “Detente. Estás haciendo que todo esto se trate de ti y estás buscando tu propia gloria. Arrepiéntete”

Regrese al reporte y, con el favor de Dios lo terminé en dos horas. Este es un ejemplo de lo que el Dios vivo puede hacer con nosotros si lo dejamos poner a prueba nuestros motivos y lo escuchamos en la oración. Él puede cambiarnos a nosotros y la forma en la que trabajamos. Por eso no lovidemos hacer una oración por el trabajo tanto el nuestro como el de nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

  1. D. 1. Carson, Un Llamado a la Reforma Espiritual: Prioridades de Pablo y Sus Oraciones (Grand Rapids: Baker, 1992), 189-190

Tomado de la NIV Biblia Fe y Trabajo. Copyright © 2016 por Zondervan. Usado con permiso de Zondervan. ww.zondervan.com.  

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Editor General David H. Kim supervisa todos los ministerios del Centro para la Fe y Trabajos como el Director Ejecutivo y es el Pastor de Fe y Trabajo en la Iglesia Presbiteriana de Redención en la ciudad de Nueva York. Antes de ejercer este rol, David sirvió como el Director de la Comunión de Gotham, desarrollando y enseñando su currículo mientras proveía orientación espiritual. Antes de unirse a CFW en el 2007, David era un Capellán en la Universidad de Princeton, donde también sirvió como el fundador y Director Ejecutivo de la Comunión Cristiana Manna por 12 años.

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Fecha de la publicación: 10 de noviembre de 2016.