Escrito por: Clarence L. Haynes Jr.
En el evangelio de Lucas 11, los discípulos pidieron un cosa interesante a Jesús. De las tantas enseñanzas que podían pedirle a Jesús, una de ellas fue que les enseñara a orar. Estoy segura que el corazón de Jesús estuvo contento cuando escuchó esta petición, y así les comenzó a enseñar. Las primeras palabras que salieron de su boca fueron “Padre Nuestro”.
Es probable que hayas leído o recitado la Oración del Padre Nuestro muchas veces en tu vida. Algunas personas incluso la oran palabra por palabra. No tiene nada de malo, excepto que no es lo que Jesús trataba de enseñar.
Al enseñar sobre la oración del Padre Nuestro, Jesús nos estaba dando un modelo acerca de cómo deberíamos orar. Mientras comienza a enseñarnos su oración, las dos primeras palabras que usa, Padre Nuestro, serían revolucionarias en nuestro enfoque a la oración y a Dios.
Con esto en mente, consideremos porque estas dos palabras simples, casi indescriptibles, tienen tanto significado guardado en ellas.
El paradigma de ver a Dios como a Nuestro Padre
En el Antiguo Testamento hay pistas de Dios como Padre. Lo que descubrirás es que esta temática, aunque está presente, no es verdaderamente prominente en las escrituras del Antiguo Testamento. Israel relacionó a Dios como Yahveh o Jehová.
Si estudias los nombres de Dios descubrirás tantos nombres como Jehová Jireh – El Señor proveerá.
Jehová Shammah – El Señor está aquí
Jehová Nissi – El Señor es mi bandera
Hay una gran cantidad de nombres usados para describir a Dios en el Antiguo Testamento. El significado de esos nombres es la manera en la que Israel relacionaba a Dios. Esto era respetuoso y reverente. Esto era lo correcto. Por cierto, estos nombres de Dios son aplicables hoy en día porque Él es el Señor que no cambia.
Considerando estas cosas, por un momento, ponte en los zapatos de los discípulos. Están acostumbrados a ver a Dios principal y estrictamente como Jehová. Toda su vida, se refirieron a Dios de esta manera. Así fue como se les enseñó.
Jesús ahora nos dice que cuando comienzas a orar no solo te estas refiriendo a Jehová, sino también a Dios que es tu padre.
No estaba disminuyendo la posición de Dios como Jehová. Estaba cambiando el paradigma en cómo se referirían a Dios. Él ya no sería simplemente Jehová. Luego, podrías referirte a Él como el Padre. Jesús estaba cambiando los parámetros mediante los cuales entenderíamos nuestra relación con Dios.
¿Por qué la frase “Padre Nuestro” es importante?
Ahora que hemos establecido este nuevo paradigma, la pregunta que necesita ser respondida es ¿por qué la frase “Padre Nuestro” importa? – Consideremos estas razones:
1. Acceso
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre” – Juan 1:12.
“Porque por medio de Él los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu” – Efesios 2:18.
Piensa por un momento cómo el sumo sacerdote entró en el Lugar Santísimo en el Antiguo Testamento. Lo hicieron una vez al año en Yom Kipur, para ofrecer una expiación por los pecados de la gente. El Lugar Santísimo representaba la presencia misma de Dios y solo una persona, una vez durante todo el año, podía entrar en su presencia. Después de todo, él era Jehová Dios.
Como padre eso cambia. El uso mismo de esa palabra implica acceso.
Tienes el derecho, porque él es tu padre, de venir a su presencia todos los días. Tienes una invitación abierta para sentarte a sus pies porque no solo estás pasando tiempo con Dios, estás pasando tiempo con tu padre. Hay una foto muy famosa de John Kennedy Jr., sentado debajo del escritorio en la oficina oval cuando su padre era presidente. Para el mundo era un presidente ... un líder poderoso. Para John Jr., él era papá. Cómo era papá, la naturaleza de esa relación le dio derecho a sentarse a sus pies.
Tienes ese mismo acceso. Puedes venir a la presencia de Dios y sentarte a sus pies porque Dios es tu padre o, dicho de otra manera, él es papá.
2. Intimidad
Acércate a Dios y él se acercará a ti ... - Santiago 4: 8 No solo tenemos acceso a la presencia de Dios, lo más importante es que él quiere que vayamos. Como padre, él quiere que compartas tu corazón con él. Para compartir tus alegrías. Para compartir tus miedos y preocupaciones.
Él quiere estar conectado con la parte más íntima de tu vida. Él quiere abrazarte cuando te sientes solo. Él quiere consolarte cuando te sientes triste o deprimido. Quiere alegrarse contigo cuando las cosas van bien. Quiere darte sabiduría cuando no sabes qué hacer.
Es un padre amoroso que quiere involucrarse en todos los aspectos de tu vida, simplemente porque te ama y se preocupa por ti. Como él es tu padre, ya no eres un extraño. Ahora puedes tener una relación íntima y amorosa con el Dios todopoderoso. La oración del "Padre Nuestro" establece la naturaleza personal de su relación con Dios. Estás en él y él está en ti. Qué asombroso es eso.
Y debido a que somos sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, incitándonos a gritar: "Abba, Padre". Ahora ya no eres un esclavo sino el propio hijo de Dios. Y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero” - Gálatas 4: 6-7.
3. Identidad
"¡’Mira qué gran amor nos ha prodigado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! y eso es lo que somos!” - 1 Juan 3: 1.
“El Espíritu mismo testifica con nuestro espíritu que somos hijos de Dios” - Romanos 8:16.
Cuando nacieron mis hijos, tuvimos que darles un nombre. El propósito del nombre era darles una identidad. Otra forma de verlo es simplemente: ¿a quién pertenecen? Muy a menudo, la identidad del niño está conectada con el padre. La mayoría de los niños que nacen toman el apellido del padre o su identidad.
Recuerdo que cuando nacieron mi hijo y mi hija, no eran bebés, eran bebés de Haynes, me pertenecían. El hecho de que Dios sea tu padre te da identidad y establece quién eres.
Le perteneces a Él.
Debido a que le perteneces a él, todos los derechos y privilegios de ser hijo o hija de Dios vienen con él. A mis hijos no les preocupa la comida, la ropa o tener un lugar donde quedarse porque saben que trabajaré para proporcionarles eso, porque me pertenecen.
Debido a que te identificas con Dios y él es tu padre, puedes estar seguro de que él te cuidará, porque le perteneces. Su identidad está sellada en él y tú eres un hijo del Dios viviente.
Su protección es tuya. Su provisión es tuya. Sus promesas son tuyas. Todo porque te identificas con él como padre.
Nuestra responsabilidad de honrar a nuestro padre
Tienes acceso a su presencia. Puedes tener comunión íntima con el Dios viviente. Tu identidad está sellada en él, todo porque él es tu padre. Jesús con estas dos palabras "Padre Nuestro" estaba transformando la naturaleza de nuestra relación con Dios.
A partir de ese momento, siempre podremos relacionarnos con él como padre. Qué privilegio tan asombroso es ese. Tenemos el honor de identificarnos con él y llevar su nombre.
En el futuro, al salir de nuestras casas ... al interactuar con personas en nuestros hogares, comunidades y trabajos ... representamos a nuestro padre en el mundo en general. Oro para que tú y yo hagamos justicia a su nombre y respetemos el honor de su gran nombre.
Que todos vivamos vidas que enorgullecerían a nuestro padre. Que nos diría como le dijo a Jesús en Mateo 3:17, este es mi hijo (o hija) con quien estoy muy complacido. Esperamos que estas perspectivas te ayuden a entender de una mejor manera la oración del Padre Nuestro.
------------------------------------------------------
Clarece L. Haynes Jr es un vocero, profesor, autor y co-fundador del Club de Estudio de la Biblia. Ha pasado más de 30 años sirviendo al cuerpo de Cristo en distintos establecimientos y ya ha lanzado su primer libro La Búsqueda del Propósito. Si has luchado tratando de descubrir la voluntad de Dios, este libro te ayudará a descubrir las diferentes formas en las que Dios te lleva a su voluntad perfecta. Para aprender más acerca de su ministerio, por favor visita clarencehaynes.com.