Una oración para renunciar al miedo

Según lo que David escribió en tus santas escrituras: Porque, aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá.

Renuncio al temor de ser testigo de Cristo, porque como tu palabra dice “El temor al hombre es un lazo”

Por lo tanto, elijo temerte más a ti que a cualquier ser humano y afirmo que “El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?”

Porque tu palabra dice, “Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

Renuncio al temor a Satanás, porque tu palabra dice que él ya ha sido conquistado. “Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte.”

A un amor terriblemente enfermo en etapa terminal, porque Jesús prometió “No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo este, allí estéis también vosotros.”

Renuncio al temor a la muerte, por lo que concuerdo con el apóstol Pablo “Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” Gracias por la promesa, “devorada ha sido la muerte en victoria...”

Renuncio al temor de ser mártir, porque tu palabra declara, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.”

Porque se nos promete que, “Nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.” Y, “no te dejará ni te desamparará.” Y una vez más, “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

Renuncio al temor a la intimidación, porque Jesús dijo, “Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.”

Acepto esta promesa. “Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.”

Renuncio al temor de ser tratado injustamente, porque de Jesús leemos que, “Cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia.”

Renuncio al temor del Islam radical y su deseo de intimidarnos

Declaro que “La verdad me liberará” y escojo vivir como una persona libre en Cristo Jesús. Debo hablar y no quedarme callado.

Renuncio al temor a las maldiciones, bien sean conocidas o desconocidas, dichas contra mí o contra mi familia.

Renuncia al temor de estar involucrado en actividad pública o política.

Declaro que Jesucristo es el Señor.

Me entrego a Jesús como Señor de cada área de mi vida

El Señor de mi hogar. Jesucristo es el Señor de mis relaciones. Jesucristo es el Señor de mi ciudad. Jesucristo es el Señor de mi nación. Jesucristo es el Señor por encima de cualquier dios y religiones falsas. Jesucristo es el Señor de todas las naciones de la tierra.

Me comprometo a mí mismo a ser un testigo vivo de Jesucristo como Señor. No me avergüenzo de su cruz. “Jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo”

Y que derrames sobre mí todas las bendiciones del reino de Jesucristo. Otórgame la gracia para entender la verdad de tu palabra claramente y poder aplicarla en cada área de mi vida. Dame palabras de vida y esperanza, como prometiste. Abre y bendice mis labios para que pueda hablar a otros con autoridad y poder en el nombre de Jesús.

Dame la valentía de ser un testigo fiel de Jesús

Dame la capacidad de amar a todas las personas con pasión para compartir el amor de Cristo con ellos. Otórgame el poder llevar tu cruz como una banda de honor.

En el nombre de Jesús. Amén.

Contenido original de OnePlace. Puedes leer el artículo de OnePlace completo y aprender más del Dr. Ewin W. Lutzer aquí.