Dios le dice a Abram que salga de su hogar hacia una tierra desconocida en donde Dios prometió hacer de Abram “una gran nación, bendecido, hacer su nombre reconocido, bendecir a los que lo bendijeren y maldecir a los que lo maldijeren.” Obedeciendo a Dios en todo, Abram trajo consigo a su esposa Saraí, a su sobrino Lot, y sus pertenencias y riquezas para partir hacia la tierra de Canaán.
La tierra de Canaán pasaba por un periodo de escases y hambruna así que Abram y Saraí viajaron al sur hacia la tierra de Egipto, por lo que Abram le pidió a su esposa Saraí que se hiciera pasar por su hermana puesto que, por su gran belleza, Abram temía que los egipcios lo fueran a matar para quedarse con su esposa. Con respecto a este episodio podemos leer en la Biblia podemos ver que Abram dice: “Y sucedió que cuando se acercaba a Egipto, dijo a Saraí su mujer: “Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: "Esta es su mujer"; y me matarán, pero a ti te dejarán vivir. Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti” (Génesis 12:11-13).
Estando frente al faraón, Saraí dijo que era la hermana de Abram por lo que faraón le dio a Abram regalos y ganado como regalo por Saraí. Es posible que durante su estadía con faraón Saraí haya recibido a Agar como su sirvienta. La ira de Dios cayó sobre la casa de faraón por haber tomado a Saraí quien en verdad era la esposa de Abram, así que faraón les ordenó salir de la tierra de Egipto.
Diez años después de regresar a la tierra de Canaán, Abram y Saraí seguían sin poder tener hijos, por lo tanto, no tenían descendencia, así que Saraí sugirió que Abram tuviera un hijo con Agar lo cual sucedió. Al nacer el hijo, Saraí empezó a tener problemas con Agar puesto que, a pesar de ser su sirvienta, Agar ya no se sometía a Saraí ni a su autoridad. Enojada Saraí tuvo como plan matar a Agar, pero esta huyó junto con su bebé hacia el desierto donde un ángel de Dios le dijo que no tuviera miedo y que regresara hacia Abram; una vez de regreso Agar Dios a luz a un niño quien recibió el nombre de Ismael.
En el capítulo 17 de Génesis tenía ya noventa y nueve años y Dios le cambió su nombre a “Abraham” que quiere decir “padre de naciones” y lo dio el pacto de la circuncisión y le volvió a decir que Saraí tendría un hijo. Tiempo después tres hombres visitaron a Abraham y a su esposa y uno de ellos le dijo a Abraham que Saraí daría a luz a un hijo en periodo de un año y al escuchar esto Saraí no pudo aguantar la risa puesto que pensaba que tener hijos a esa edad era imposible, pero Saraí quedo embarazada y en periodo de un año dio a luz tal y como se les había dicho. A la edad de cien años Abraham llamo a su hijo Isaac, quien se convertiría en el padre de Jacob quien fuera un patriarca de los israelitas.
Puedes leer el resto de la historia sobre Abram y Saraí en los versículos que te presentamos a continuación.