Pero antes de mandar a Elías, Dios hizo que la tierra pasará por un periodo de sequía tremendo ya que estaba muy disgustado por el pecado de Israel. Elías, siguiendo las órdenes de Dios se fue a un lugar en el desierto cerca de un riachuelo del cual podría tomar agua y unos cuervos le traían comida día y noche como Dios se los había ordenado. Al paso del tiempo ese río también se seca por completo y Dios le dice a Elías que se dirija a otro lugar en donde encontrará a una viuda la cual le daría de comer. Al llegar a la ciudad de Sarepta Elías ve a la mujer viuda, pero al pedirle comida ella le responde que por más que quisiera darle de comer solamente tiene la suficiente harina y aceite como para hacer un trozo de pan para ella y su hijo antes de morir de hambre. Al escuchar estas palabras, Elías le asegura a la viuda que Dios no dejará que falte alimento en su casa hasta que regrese la lluvia y termine la sequía por lo que la viuda decide confiar en lo que Elías le ha dicho y le da de comer y tal como se le fue dicho nunca faltó alimento en la casa de la viuda. Un tiempo después el hijo de la viuda cae enfermo y muere al no entender el porqué, la viuda asume que fue la presencia de Elías la que trajo tal catástrofe. Triste por lo que acaba de suceder Elías toma el cuerpo del joven y empieza a orar desesperadamente a Dios pidiéndole que le devuelva la vida al joven. Escuchando el clamor de Elías, Dios realiza el milagro y le devuelve la vida al joven, al ver esto, la viuda queda asombrada y reconoce que Elías es sin duda alguna un hombre enviado por Dios.        

 

La historia continua cuando Elías tiene que enfrentarse al rey Acab para decirle que su reinado y el son la causa de los problemas del pueblo de Israel. El profeta Elías levantó un reto en el monte Carmelo al rey Acab y a sus sacerdotes quienes adoraban a Baal para probar la divinidad de su ídolo en contra de la divinidad del Dios Jehová de los ejércitos. El reto era ofrecer sacrificio a sus respectivas divinidades y pedir que fuego bajara del cielo para consumir el sacrificio. Los sacerdotes de Baal pasaron horas orando y haciendo rituales pidiendo que Baal mandara fuego para consumir el sacrificio, pero nada sucedió. Después Elías pidió que mojaran el sacrificio que él iba a ofrecer a Jehová hasta que quedo totalmente empapado y el agua escurría. Todo esto lo hizo para demostrar su total confianza en el poder de Dios. Elías continúa haciendo una oración diciendo:

 

«Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, demuestra hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya. ¡Oh Señor, respóndeme! Respóndeme para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios y que tú los has hecho volver a ti».

 

Posteriormente Dios mandó fuego del cielo tan ardiente que inmediatamente prendió y consumió totalmente todo el sacrificio y el pueblo de Israel volvió a creer en Dios. Posteriormente cayó lluvia por primera vez en mucho tiempo lo que terminó con la intensa sequía que azotaba la región. Al ver y experimentar todos estos milagros el pueblo de Israel dejo de seguir a Acab y comenzaron a escuchar a Dios a través de Elías.    

 

Puedes leer toda la historia sobre la vida y ministerio del profeta Elías en los versículos bíblicos que te presentamos a continuación.