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En el libro de Lucas 10:25-37 vemos que un hombre que se identifica como un experto de la ley le pregunta a Jesús “¿Cuál es el más importante de los mandamientos?” La respuesta, la cual Jesús afirma como correcta es: ““Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente” y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Inmediatamente después ese mismo hombre identificado como experto en la ley, le hace otra pregunta a Jesús con la intención de molestarlo para ver que respondía a la pregunta de quién cuenta como “mi prójimo”. Es aquí cuando Jesús enseña la parábola del buen samaritano.
Esta parábola, la cual es una de las más conocidas, demuestra exactamente cómo es que debemos de amar a nuestros hermanos o prójimo, como a nosotros mismos. De la misma manera enseña que la santidad no se consigue con títulos o con leyes, ni con rituales ni con reconocimientos públicos sino con las acciones que demuestran el amor hacia los necesitados.
Otros versículos bíblicos que hablan sobre la manera en que debemos de cuidar y a amar a nuestros hermanos son:
1 Juan 4:7 - “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.
Levítico 19:18 - “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”.
Puedes leer la parábola del buen samaritano aquí abajo: