4 Preguntas comunes acerca de la generosidad bíblica

Creo que el primer principio a seguir en el momento de decidir cuánto dar es uno que no puede medirse en dólares y centavos. Lo llamo el principio del regalo por elección, el cual trata mucho de los asuntos del corazón.

Viene de la experiencia de los hijos de Adán y Eva, Caín y Abel. Como se describe en Génesis 4:3, cuando eran adultos jóvenes cada uno trajo regalos al señor. Caín trajo “Algunas frutas de su suelo” lo que los estudiosos han explicado es que dio una porción de su cosecha, pero no la mejor porción. Por el contrario, Abel trajo “grandes porciones de algunos de los primogénitos de su rebaño”. En otras palabras, dio un regalo por elección.

Sus regalos hablaban mucho sobre sus corazones, y la biblia dice: “El señor miró con favor a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y a su ofrenda no los miró con favor”

Una de las frases más famosas de Pascal es: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. En otras palabras, resulta complicado entender por completo los motivos de nuestros propios corazones.

Cuando se trata de generosidad, nuestros corazones pueden o no llevarnos a dar verdaderos regalos por elección.  Esto es por qué puede ser de gran ayuda ser un poco más específico al responder la pregunta: ¿Cuánto debo dar?

El punto de partida de la generosidad en la biblia es un diezmo, o el 10 por ciento de nuestras entradas. Como señala Randy Alcorn en el mejor libro que he leído sobre la generosidad, es donde Dios inició a sus hijos en el antiguo pacto: “¿Espera Dios que sus nuevos hijos den más o menos? Jesús subió la barra espiritual, nunca la bajó (Mateo 5:27).”

Al mismo tiempo, la biblia enseña que el 10 por ciento no es el punto meta. Después de todo, nos fomenta a dar diezmos y ofrendas a la vez. Y aparte de eso, mientras el 10 por ciento sea más que el regalo de elección para una persona que gana muy poco, para una persona que gana mucho, el 10 por ciento puede ser más que un regalo por elección.

Así que mi consejo es basar la cantidad que das en el porcentaje de tus entradas, 10 por ciento como punto de referencia – un lugar al que ir si aún no estás ahí y un lugar del cual partir si ya te encuentras allí.

Cuando decidimos en donde dar, la biblia revela muy claramente tres causas importantes para Dios y en las cuales nuestros regalos financieros pueden ayudar a su trabajo en el mundo: Proverbios 19:17, Mateo 28:19 y Gálatas 6:6.

La iglesia local es típicamente el lugar en el que encontrarás esas tres causas. Están usualmente activas ayudando a cubrir las necesidades de los pobres en su comunidad y en otras partes del mundo. Esta introduce a los visitantes a conocer a Dios y a menudo ayuda a los misioneros en otras partes del mundo quienes llevan la palabra de Dios. Y por supuesto, es nuestra fuente primaria de instrucción sobre la biblia.

Al ser la iglesia local, en esencia, una parada para esas tres causas, una buena administración sería el tener a nuestra iglesia como prioridad en cuanto al dinero que damos y luego dárselo a otras organizaciones que Dios ponga en nuestro corazón.

Algunos pastores son más específicos, enseñando que el diezmo debe ir hacia la iglesia local, y luego otras causas que honren a Dios deben ser apoyadas con dinero por encima o debajo del diezmo. Si eres un miembro de alguna iglesia, te aconsejo que hagas lo que tu pastor enseña.  

Parte de la sabiduría convencional en nuestra cultura es “Pagar lo tuyo primero”. La idea es que, si estamos ahorrando para ser capaces de jubilarnos algún día, necesitamos hacer de esos ahorros nuestra prioridad.

Ahorrar e invertir es importante. Sin embargo, el éxito simple pero significativo es encontrado cuando pagamos nuestro propósito primero, y el primer propósito de nuestras vidas es honrar a Dios. Financieramente, eso significa dedicar la primera porción (lo que la biblia dice en Proverbios 3:9) de todo lo que recibamos para apoyar su trabajo en el mundo.

Si la idea de dar regalos de elección a Dios es nueva para ti, al principio se sentirá como mucho. Pero eventualmente se sentirá como si no fuera suficiente.

Esa ha sido mi experiencia. Fue difícil al principio. Honestamente, no quería. No veía cómo podía ser posible. Pero he descubierto la verdad en Mateo 6:21: “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” Hay algo en la práctica de la generosidad que orienta nuestro corazón hacia Dios.

Mientras crecemos en generosidad, descubrimos que hay una gran alegría al usar nuestro dinero para hacer diferencias que puedan moldear eternidad en las vidas de otras personas.