Hay días en los que la vida simplemente parece dura. Los días lucen oscuros. Los tiempos poco certeros y el estrés se apila. Un diagnóstico inesperado o pérdida devastadora puede sentirse muy difícil de enfrentar. Nuestra fe se fortalece más en los tiempos duros. A menudo resulta difícil entender eso mientras estamos girando en el medio de todo. Anhelamos días tranquilos, y aun así, Dios nos toma de la mano y nos guía exactamente hacia los momentos oscuros. No para dañarnos, sino para traernos una fortaleza, carácter, confianza, belleza y perseverancia mayor en lo más profundo del alma. Para aquellos que necesitan una esperanza fresca hoy, recuerden, las cosas malas que les ocurren en circunstancias difíciles o temporadas difíciles que hayan atravesado nunca los definen. Acá está su verdad poderosa acerca de esas temporadas oscuras: “Eres mío, tienes un propósito, eres amado, eres hermoso, eres valiente, eres llamado y redimido según mis propósitos…” Aún en los días difíciles. Especialmente a través de los días difíciles. Si has estado almacenando equipaje emocional proveniente de tiempos difíciles o te encuentras aún estancado en una temporada dura, si estas estancado en errores pasados porque es difícil dejar ir y seguir adelante, entonces quizás este sea tu nuevo día y el momento para dejar las cargas que has llevado por tanto tiempo, para poder vivir libre. Mira hacia atrás, aprende todo lo que Dios tiene para ti, mira la fortaleza y belleza que él ha construido dentro de ti a través de los días difíciles, luego sigue adelante. Confiando en Él. Más fuerte. Restaurado. Redimido. Libre. Lo que Dios nos enseña a través de nuestros momentos más dolorosos: