La mayoría de nosotros come tres Alimentos por día. En promedio por año son 1,095 alimentos. Jesús a menudo usó comidas para compartir con las personas y para enseñar lecciones importantes. Y él sigue llamándonos a su mesa a festejar quien es a través de su palabra. El ejemplo de Jesús provee una oportunidad para invitar amigos, marginados e incluso enemigos a conocer la historia de Dios de amor y salvación. Solamente en el libro de Lucas, hay 10 historias de Jesús cenando con varias personas. Miremos cada uno de esos alimentos y lo que podrían significar para ti.
1. Cenando con el enemigo – Lucas 5:27-32
En la época de Jesús, los cobradores de impuestos eran odiados por las personas. Estos eran judíos que tomaban ventaja de cobrar los impuestos de Roma más algo adicional para dejar en sus bolsillos (Lucas 19:8). Para muchos, eran considerados “foráneos” y tan enemigos como los romanos. Jesús comiendo un alimento con un cobrador de impuestos sería como que tú cenáras con un prestamista. ¿Como reaccionarían tus amigos y familias con respecto a eso?
Sabemos que Jesús no solo estaba respondiendo a una invitación, él busco a Levi y tenía un propósito en mente:
“Después de esto, Jesús salió y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: Sígueme.” (Lucas 5:27). Jesús quería que este hombre –enemigo de la gente– fuera salvo. Cada uno de nosotros, antes de venir a Cristo, éramos enemigos de Dios (Romanos 5:10). Pero Dios nos amó tanto que no solo quería que fuéramos amigos, sino también familia (Efesios 1:5).
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¿Conoces algunos “enemigos” que necesiten a Jesús?
2. El huésped no invitado – Lucas 7:36-50
¿Has tenido una fiesta solo para que alguien inesperado (y poco querido) apareciera?
Jesús acudió a la casa del fariseo Simón para una cena prestigiosa, donde se discutirían los tópicos del día. Ya que las áreas de la cena en los hogares de la élite eran parcialmente abiertas a la calle, el público podía escuchar todas las conversaciones.
Entró la “mujer pecadora” (7:37). Cruzó la barrera invisible hacia los invitados, el espacio, elitismo y los sorprendió a todos con sus acciones.
Aunque el justo Simón estaba indignado, Jesús le dio la bienvenida porque vio su corazón.
Ella venía a pedir perdón. Jesús a menudo era interrumpido en su ministerio –por aquellos que pedían la ayuda desde las barreras o lo tocaban en una multitud. Él no se molestaba con ninguno de ellos por entrar en sus planes. En cambio, él tenía compasión y se detenía para cumplir con sus necesidades.
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¿Podría algún invitado inesperado en tu vida ser una oportunidad para ministrar?
3. Alimentando a los hambrientos – Lucas 9:10-17
En el relato de Lucas, Jesús alimentó a 5,000 personas (sin incluir mujeres y niños) que se habían acercado a él. Él no tuvo que alimentarlos. Después de todo, ellos estaban obteniendo como alimento la verdad ¿No era eso suficiente?
Jesús sabía que ellos también tenían necesidades físicas. En Mateo 25 Jesús revela que aquellos que lo conocían verdaderamente servían a otros de formas reales, como alimentar a los hambrientos y dar una bebida a los sedientos. Esto puede aplicar a servir comida a las personas en situación de calle o simplemente descubrir que alguien que te visita esta sediento.
Cumplir con las necesidades básicas de las personas a menudo ministra más que las palabras y puede darte al final un tipo de integridad que te puede llevar a conversar más profundamente.
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¿Alguien a tu alrededor está hambriento o sediento?
4. Huele las rosas – Lucas 10:38-42
Así como nosotros, Jesús tenía amigos. Los hermanos Lázaro, María y Marta eran queridos para él y sin duda alguna disfrutaba juntarse con ellos. Marta –la anfitriona– trabajaba duro para prepararle un buen alimento a Jesús.
Cuando Marta se quejó de su hermana, quien se sentaba y escuchaba a Jesús, ella probablemente se sorprendió cuando él la reprendió. Esencialmente, dijo que la elección de María de sentarse y escucharle era mejor que todo el trabajo que ella hacía.
El problema no era el trabajo. Era que ella estaba tan ocupada que se iba a perder el propósito: pasar tiempo con Jesús.
Bien sea que estés teniendo amigos para la cena o para servir en la iglesia, tomate el tiempo de disfrutar de las personas a las que sirves. Considera servir esa comida de cinco platos en un nivel inferior, porque son las risas y los momentos significantes los que más se recuerdan.
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¿Estás muy ocupada para pasar tiempo con las personas?
5. Lava lo que importa – Lucas 11:37-53
La vida es desordenada. En la época de Jesús los caminos eran polvorientos y viajar garantizaba una cierta medida de polvo en tu persona. Cuando fue invitado a cenar con un fariseo, Él fue criticado por no bañarse. Ellos no hablaban de lavar tus manos antes de cenar. Ellos lo juzgaban porque no había realizado su ritual complejo de limpieza.
Jesús, siempre perceptivo, vio que su equivocación no era acerca de la higiene, sino cerca del corazón: “Vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato; pero por dentro estáis llenos de robo y de maldad. Necios, el que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de adentro?” (Lucas 11:39-40)
¿Cuándo tus invitados vienen – o cuando consideras invitar a alguien – en qué te fijas?
La percepción de la santidad está tristemente atada a la apariencia externa. El corazón de un santo o la persona que busca la verdad no está sujeta a la ropa, estilo e incluso cuidado personal. No juzgues lo que no puedes ver. En cambio, lava tu propio corazón para amar y aceptar a todos como son para que Dios pueda usarte para lavarlos con el agua de la Palabra (Efesios 5:26).
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¿Qué necesita ser limpiado de tu corazón para recibir a todo tipo de personas?
6. Considera tu conversación – Lucas 14:1-24
Cuando Jesús aceptó una invitación a cenar en la casa de un fariseo, vino preparado para hablar acerca de los temas del día: trabajar en el día de descanso, lugares de honor (en la mesa) y quien puede sentarse en la mesa del banquete de Dios. Temas candentes y asuntos delicados surgieron en la mesa hoy. ¿Cómo lidias con ellos?
Cuando Jesús tuvo que hacer una acotación acerca de un asunto complicado, no lo hizo mediante un monólogo largo y tedioso. Él hizo preguntas bien pensadas que involucraban personas y contaba diferentes historias (parábolas) para hacer de un asunto complicado algo entendible.
Sus palabras estaban apoyadas en un entendimiento sólido de la palabra y un deseo profundo de traer personas a una buena relación con Dios.
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¿Nuestras conversaciones son motivadoras y bíblicas?
7. Invítate a ti mismo – Lucas 19:1-10
Zaqueo tenía curiosidad de Jesús, pero solo esperó verlo de lejos. El “hombre pequeño” de la escuela dominical no pudo ver a través de la multitud, así que trepó un árbol para dar un vistazo. Él probablemente se sorprendió cuando Jesús lo vio. Como el jefe de los cobradores de impuestos, estaba aún más sorprendido –y emocionado– de que Jesús quisiera cenar en su casa.
Zaqueo, un “pecador” no iba a invitar a Jesús, el rabí respetado. Y no sabía que necesitaba salvación, y él probablemente tenía poca esperanza de aceptación en la comunidad. Podría parecer irónico que el nombre de Zaqueo signifique “puro” o “inocente”. Pero no cuando consideras que Jesús vino a hacernos tan blancos como la nieve; él vio el potencial de Zaqueo.
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¿Hay alguien a quien necesites contactar?
8. Pon a tus invitados primero
La última cena de Jesús –la cena de la Pascua– con sus discípulos está llena de significado. La escena revela que Jesús es el cordero de Dios, que en Cristo hay un nuevo pacto y que debemos recordar su sacrificio a través de la comunión (Lucas 22:14-38). Jesús es claramente el centro de esta cena.
Pero Jesús no organizó esta cena para sí mismo. Él pensaba en sus discípulos, quienes tenían muy poco tiempo con él para entender el significado de lo que estaba por ocurrir.
Su muerte y resurrección iban a cambiar sus vidas y la palabra misma. Él podía haber hablado acerca del sufrimiento terrible que estaba por venir, pero en vez de hacerlo se enfocó en lo que necesitarían recordar de esa noche.
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¿Ves algunos alimentos como una forma de servir otras necesidades espirituales?
9. Discípulos en la cena – Lucas 24:28-32
Luego de su resurrección, Jesús les apareció a dos de sus seguidores en el camino hacia Emaús. Con su identidad encubierta como Dios, les habló acerca de lo que había ocurrido y explicó el significado a través de las escrituras: “Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.” (Lucas 24:27)
No pudieron obtener suficiente de lo que decía y le imploraron que siguiera en la cena. Tan pronto dio las gracias por el pan y lo rompió, como lo hizo en la última cena (Lucas 22:19) sus ojos se abrieron. Estaban cenando con el salvador ascendido. No solo eso, sino que se les había enseñado a entender las escrituras.
PIENSALO...
¿Te pide Dios que reveles a Jesús – la palabra que se hizo humana (Juan 1:14) mediante una cena?
10. Sirve comida casera – Lucas 24:36-43
Cuando los dos hombres de Emaús fueron de regreso con los discípulos, de repente Jesús apareció. ¡Ellos estaban muy temerosos – ellos pensaban que habían visto a un fantasma! Pero Jesús les aseguró con un simple gesto. Se sentó y comió con ellos. Luego Jesús “abrió sus mentes para que entendieran las escrituras” (Lucas 24:45).
Al comer, Jesús no solo les probaba que no era un fantasma. Hacía algo familiar para calmar sus mentes. Como la última comida confortable, Jesús estaba ministrando a los corazones cansados de sus discípulos. Los alimentos aún pueden funcionar de esa manera, llevándose un día turbio de trabajo o calmando un corazón roto.
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¿Hay alguien a quien puedas consolar y hacer sentir mejor a través de algún alimento?
La mesa de Jesús nos llama a venir y cenar, a celebrar acerca de quién es él y a aprender más acerca de él a través de la palabra.
Su ejemplo te proporciona una oportunidad de invitar amigos, marginados e incluso enemigos a conocer la historia de amor y salvación de Dios.
Hay millones en este mundo que aún deben recibir la invitación de Jesús porque no tienen la palabra de Dios en su propio idioma. Así como agradeces por los alimentos, ¿Orarías por los que no tienen acceso a la Biblia?
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Este articulo apareció inicialmente en Wycliffe.org/feast como 10 lecciones de la mesa de Jesús. Se reimprimió aquí con el permiso de los Traductores de la Biblia Wycliffe - USA. Por más de 75 años, Wycliffe ha ayudado a personas alrededor del mundo a traducir la biblia a sus idiomas propios. Hoy, aproximadamente 1,600 idiomas aún esperan que inicie la traducción de la biblia. Wycliffe está trabajando para ver un programa de traducción bélica en progreso para cada idioma que aún la necesita, para el año 2025. Para leer más e involucrarte con Wycliffe, visita https://www.wycliffe.org.