Jesús dijo que todos tendríamos problemas en este mundo caído. Así que esperamos que el sufrimiento entre en nuestras vidas, pero cuando lo hace, a menudo tratamos de sobrepasarlo lo más rápido posible en vez de preguntarle a Dios qué podemos aprender del dolor. Si escoges abrazar tu sufrimiento en vez de correr, tu dolor puede convertirse en alabanza ya que Dios tiene buenos propósitos que lograr con el dolor que ha permitido que entre en tu vida. Acá mostramos como puedes responder al sufrimiento invitando a Dios a que convierta tu dolor en alabanza:
Ofrece tu sufrimiento a Dios.
En vez de rogarle a Dios que se lleve tu sufrimiento, míralo como un regalo que Dios ha permitido que llegue a ti para que lo busques más y experimentes su gracia de formas más profundas. Ten en mente que las mismas cosas que las fuerzas malignas intenten destruir pueden ser las que te lleven a experimentar las bendiciones de Dios en tu vida. Lo que determinará si tu sufrimiento te traerá resultados positivos o negativos a tu vida es como respondes a él. Decide responder a cualquier tipo de sufrimiento – enfermedad, duelo, relaciones rotas, problemas financieros, depresión, etc. – rindiéndote a Dios en oración, pidiéndole que te use para el bien en tu vida y confiando en él.
Invita a Jesús a que te ayude a través de las tormentas de la vida.
Jesús experimento las profundidades del sufrimiento humano durante su tiempo en la tierra, así que él sabe por lo que estás pasando. Jesús escogió pasar por el sufrimiento extremo en la cruz para pagar por los pecados de la gente, así que le importa por lo que estás pasando. Entiende que mientras tratas con las tormentas del sufrimiento, Jesús está disponible para pasarlas contigo, dándote la paz que necesitas en el paso por las tormentas y guiándote sabiamente a través de ellas. Conéctate con Jesús frecuentemente a través de la oración mientras pases por estas tormentas para ganar la perspectiva y la ayuda que necesitas.
Entérate que Jesús está orando por ti.
Puedes confiar en Jesús, porque él ha orado para que tu confíes en él – y ha orado antes de haber muerto por tus pecados y antes de que hubieras nacido. Hoy, Jesús sigue orando por ti en el cielo. Puedes descansar seguro de que Jesús se llevará cualquier debilidad que le confíes a él y que infundas con su fuerza para que puedas crecer y superar el sufrimiento.
Espera que Dios redima tu sufrimiento.
Deja que tu sufrimiento te ayude a ver tu necesidad de un Salvador y ten en mente que tu historia de sufrimiento personal es parte de la gran historia de cómo Dios redimió al mundo a través de Jesús. Da tus causas perdidas, situaciones desesperantes y sueños rotos a Dios y espera que él de alguna forma los redima, porque él quiere lo mejor para ti.
Abraza la amabilidad de Dios contigo.
Dios te ama incondicionalmente y él amablemente te ofrece piedad, a pesar de tus pecados. Siéntete libre de ir a él justo como eres. Espera que te dé una cálida bienvenida y la gracia que necesitas para superar el sufrimiento en tu vida.
Confiesa y arrepiéntete de tus pecados para comenzar a recibir la sanación de Dios.
Cuando reconozcas una conexión entre tu sufrimiento y algún tipo de pecado en tu vida, confiesa ese pecado en oración a Dios, y aléjate del pecado por completo. Al hacer esto, invitas a Dios a que comience a curarte del daño que el pecado ha causado en tu vida.
Ten confianza de que tu sufrimiento no impedirá que Dios te acepte y use tu vida.
Descansa seguro que Dios te ha aceptado por el sacrificio que Jesucristo tomó en la cruz por ti, y nada de lo que sufras cambiará ese hecho. Alégrate porque, tu sufrimiento no te descalificará de servirle y las formas específicas en las que has sufrido pueden convertiré en las grandes formas en las que Dios usará tu vida para redimir al mundo. Cuando sufres en una cierta área de tu vida, desarrollas compasión por otras personas que también sufren en esa área (por ejemplo, te importan más los pacientes con cáncer luego de que tú has superado el cáncer). Si respondes a tu sufrimiento ofreciéndoselo a Dios para que lo transforme en algo que usará para bendecir a otros, puedes descubrir que tu ministerio más grande crece de tu sufrimiento más profundo.
Confía en Dios aun cuando las personas te traicionen.
Cuando las personas en las que una vez pensaste que podías confiar traicionan tu confianza, necesitas poner límites y protegerte de ellos hasta que ganen una vez más tu confianza (si es que lo hacen). Pero puedes vivir con fe, aun cuando las personas te han traicionado porque Dios siempre es fiel y puedes elegir confiar cualquier situación a Dios – hasta esas que involucran personas difíciles. Pide a Dios que tome el mal intencionado de las personas y lo use para lograr algo bueno en tu vida.
Supera tus remordimientos.
Aunque hay consecuencias para las elecciones que has hecho en el pasado, Dios siempre tiene la voluntad de perdonarte por tus equivocaciones y ayudarte a aprender de ellas. Sé honesto con Dios sobre tus remordimientos y pídele a Jesús que te ayude a seguir adelante con la paz que él solo puede darte.
Recuerda que Dios completará el buen trabajo que ha comenzado en ti.
Sanar del sufrimiento es un proceso. Pide al espíritu santo que te ayude a ser paciente a través del proceso de sanación, sin importar cuanto tiempo tome. Confía en la promesa de Dios de completar el proceso de sanación que ha comenzado en ti.
Vive de tal forma que ayudes a otras personas a buscar a Dios a través de su propio sufrimiento.
Pide a Dios que te dé el poder de vivir con integridad y amor, para que puedas inspirar a otros a aprender más de tu fe. Cuando las personas pregunten por tu fe, cuéntales la historia de cómo Dios te ha ayudado a superar el sufrimiento convirtiendo tu dolor en alabanza. Muestra a quienes sufren que el amor de Dios es más fuerte que cualquier dolor.
Adaptado de “Canciones Nocturnas: Como Dios Transforma Nuestro Dolor en Alabanza”, Derechos de Autor 2011 por: Michael A. Milton. Publicado por: P&R Publishing, Philipsburg, NJ.