He sido una creyente por casi 50 años. Pero no necesariamente he dejado a otros que vean a Cristo en mi vida todo ese tiempo. Cuando recibí a Cristo en mi corazón a la edad de 4 años, todo lo que sabía en ese entonces era creer y recibir. Durante la secundaria y universidad aprendí que trataba de luchar por mis convicciones. Hoy, entiendo que llamarme a mí misma seguidora de cristo significaba que él debía estar en el trono de mi vida y que es a él a quien otros deben ver – no a mí. Pablo dijo en Gálatas 2:20: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Acá hay 10 formas de vivir por la fe en el hijo de Dios para que otros vean a Cristo en tu vida.
1. Ama a quien no lo merezca
Resulta sencillo amar a quien te ama. También es fácil amar a la gente hermosa, amable y encantadora. Pero es una historia completamente diferente amar a alguien que no merezca tu amor, que no vea por ti o no te trate bien. Aun así, eso fue lo que Jesús hizo, y él instruyó a sus seguidores a hacer lo mismo.
Jesús dijo “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.” (Juan 15:12) ¿Cómo los amo Jesús? Las escrituras responden esto en Romanos 5:8 “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)
Aquellos sin cristo solo conocen el amor condicional, amor egoísta, amor erótico. Pero cuando muestras un amor indescriptible – un amor sacrificado y sin límites, preferencias o condiciones – otros no pueden evitar ver a Jesús en ti.
2. Perdona libremente
Si te dijera: “Te perdonaré cuando finalmente merezcas mi perdón” o “Necesito más tiempo. Te perdonaré cuando esté lista” ¿Verías el amor y la personificación de Cristo en mí?
Sé que perdonar es difícil, especialmente cuando te han herido de una forma que jamás pensaste posible. Sé que no está en nosotros el ser capaces de perdonar libremente y sin condición. Pero esa es la razón del porqué perdonar a otros es un testimonio de la presencia de Cristo en tu vida. Sabes cuánto duele una ofensa. Y sabes cuánto te ha perdonado Cristo a pesar de todas tus ofensas. Colosenses 3:13 nos instruye: “soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”
3. Muestra alegría
Jesús dijo “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Eso es alegría, amigos míos. También dijo que cuando lo obedecemos y permanecemos en su amor, su alegría estará dentro de nosotros y nuestra alegría estará completa (Juan 15:10-11). ¿Cómo podemos conocer al Dios de este universo – y experimentar su libertad y perdón – y no llenarnos de alegría?
Sí, la vida es dura. Pero la alegría no se trata de las circunstancias que podemos cambiar con el pasar de los días. La alegría es una condición – de ser perdonado y liberado en Cristo – lo cual nunca cambiará. Se una persona alegre, no de esas que van de tristeza en tristeza, y otros verán a Cristo en ti.
4. Muestra gracia, no un espíritu crítico
Hace años resultaba más sencillo para mí criticar a alguien antes de conocerlo, que mostrarles gracia. Lo que me movía era como iban vestidos, como hablaban y como se presentaban a sí mismos, en vez de su corazón por el cual, Cristo murió. Esa actitud no era un ejemplo de Cristo en mí. Esa era yo en mi carne. El egoísmo en mí. La inseguridad que creaba la necesidad de compararme con otros con la esperanza de salir ventajosa. Las personas no estaban viendo a Cristo en mí de esa manera, estaban viendo a una mujer criticona tratando de compensar por sus propias heridas.
Cuando empecemos a mostrar compasión por otros, a empatizar con sus situaciones o dolencias y a mostrar gracia y piedad en vez de un espíritu crítico podremos ser la representación de la gracia y piedad de Cristo. En Miqueas 6:8 leemos lo que Dios les pide a los suyos: “practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios”. ¿Estás siendo justo, amable y humilde en tu actitud hacia los demás? Si es así, verán a Cristo en ti.
5. Desea estar en el fondo
Está en la naturaleza humana querer ser una celebridad. Incluso una celebridad cristiana. Pero Jesús nunca busco el foco de atención, aun cuando la merecía por completo. En cambio, insistió en que su padre recibiera toda la gloria. Jesús nos mostró que la forma de estar arriba es estar abajo. El último será primero. Y el humilde será exaltado.
Santiago 4:10 instruye: “Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará.”
El mundo no valora la humildad – la evade a toda costa. Aun así, Cristo se humilló a sí mismo cuando cedió su derecho sobre lo que le pertenecía y vino a la tierra a vivir una vida a nuestro nivel. No hay algo más hermoso que alguien que es el “número uno” y brilla mucho por Cristo porque prefieren estar en el fondo. Uno que deja que Dios lo exalte, en vez de exaltarse a sí mismo, es uno mediante el cual otros ven a Cristo.
6. Mantén la calma
¿Eres una persona con autocontrol que puede permanecer calmada y continuar? ¿O eres uno de los que pierden el control y todo se les va de las manos cuando están enojados? ¿Te ven los otros en un momento de crisis o corren a la dirección opuesta porque tú eres el que pierde la calma?
Proverbios 15:18 nos dice “El hombre irascible suscita riñas, pero el lento para la ira apacigua contiendas” y Santiago 1:19-20 “Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”
Hay sabiduría en el ejercicio de la paciencia y el entendimiento, aun en situaciones frustrantes. Tu autocontrol les muestra a otros en quien confías. Cuando muestras un espíritu gentil y respondes de forma madura en vez de arrojar vapor y reaccionar de una forma emocional le estás mostrando a los demás que tu fe y confianza está en Dios, quien puede hacer funcionar cada situación.
7. Cuida tus palabras
He leído más cosas dolorosas e hirientes en las redes sociales de cristianos de lo que lo he hecho de personas no creyentes, mientras trabajé años escribiendo en un periódico. Está bien sentir intensamente algo y hacer escuchar tus preocupaciones. Jesús muchas veces, lo hizo y dijo las cosas como eran. Pero ¿podemos mostrar un poco de amor, entendimiento y gracia simplemente suavizando nuestras palabras, especialmente cuando nos encontramos en el mismo equipo?
Efesios 4:29 dice “No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.”
Proverbios 16:2 dice “Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos, pero el SEÑOR sondea los espíritus.”
Se ha dicho que “Las personas que hieren, hieren personas”. ¿Sanan tus palabras en vez de herir? ¿Animan a otros en vez de hacerlos sentir mal? Cuando hablas de una forma sanadora, ayudando a otros, en vez de decir palabras hirientes, comentarios y reproches punzantes, otros verán a Cristo en ti (en vez de tu dolor)
8. Sé santo, no apresurado
El primero de Pedro 1:15-16 nos instruye. “sino que, así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.” A simple vista, tú y yo pensamos que posiblemente yo no pueda ser santa. Pero la santidad significa ser clase aparte debido a nuestra pureza y justicia que no viene de nosotros, sino del espíritu de Cristo en nosotros.
Jesús fue santo (completamente obediente a su padre), clase aparte, tan diferente del mundo. Y nosotros también podemos ser clase aparten disminuyendo nuestra velocidad, lo suficiente para escuchar la voz de Dios, notar a las personas a nuestro alrededor y decir una palabra amable. Concéntrate en ser santo, en vez de ser un apresurado más. Mientras el mundo constantemente te empuja a “Apresurarte” “Hacerlo rápido” y “No esperes, hazlo ya”, las escrituras tranquilamente nos llaman a “Estar tranquilos...” (Salmos 16:10) y a “Esperar por el Señor” (Salmos 27:14). Tomate tu tiempo para Dios y otros y la gente verá a Cristo en ti.
9. No te preocupes
Cuando tú y yo nos retorcemos las manos en preocupación, nos descontrolamos en nuestras frustraciones, o simplemente nos pasamos la medianoche esforzándonos por lo que creemos que debemos hacer, estamos mostrándole al mundo que creemos que estamos en control y que, si paramos y descansamos, todo se vendrá abajo. Así no fue como Jesús vivió. Él vivió en perfecta paz, aun en sus momentos más difíciles. Es porque él estaba consciente de la presencia, protección y provisión de su Padre en los Cielos, y tú… ¿Puedes decir lo mismo?
Cuando tú y yo practiquemos Filipenses 4:8-9 y dejemos de preocuparnos y comencemos a orar por todo, experimentaremos su paz y viviremos como Jesús – una vida caracterizada por la paz en vez de la preocupación y la inquietud.
Aquellos que no conocen a Dios se estresan como si fueran los únicos que tienen que hacer que todo ocurra. El que siga a Cristo y dependa únicamente de Cristo mostrará paz y confianza, sabiendo que Dios es capaz de suplir todas sus necesidades (Filipenses 4:19) y de que está trabajando en muchas cosas por su bien (Romanos 8:28-29)
10. Sé celoso por la gloria de Dios
Este es el único que podría hacer sentir incómodas a las personas a tu alrededor, pero también es lo que hizo sentir incómoda a la gente alrededor de Jesús. Si la gente de verdad va a ver a Jesús a través de ti, van a ver un celo por la gloria de Dios.
No temas ofender a alguien que aclame que viene en el nombre de Dios, pero predica un evangelio diferente. No temas ofender a alguien por hablar sobre cómo están oprimiendo a los pobres. No temas al confrontar el orgullo religioso verdadero si este está poniendo una carga injusta sobre los sirvientes del señor o distrayéndolos del evangelio de gracia. Ese tipo de cosas enfurecía a Jesús. Lo hizo ver como un loco con un látigo en los tribunales del templo. Jesús fue inflexible al proteger la santidad, integridad y gloria de Dios. Cuando tú también haces eso, la gente verá un lado de Jesús en ti que no habían visto antes.