“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2:52) Cuando tu hijo deja tu hogar, ¿qué tipo de persona esperas que sea? Tus respuestas determinarán –o deberían determinar–qué tipo de padre eres. Como le gusta decir a mi pastor (que también es mi esposo), “La mejor forma de ser padre es con la meta final en mente”. Lucas 2:52 dice, “Y Jesús crecía en sabiduría” (mentalmente), “en estatura” (físicamente), “en gracia para con Dios” (espiritualmente), “y los hombres” (socialmente). Los niños saludables maduran en las cuatro áreas de la vida. Educar a un niño es un reto monumental. El mero alcance de la tarea requiere más de lo que cualquier persona puede proveer. Las personas de mayor influencia en la vida de un niño son sus padres, pero con la finalidad de desarrollar a un niño emocional, social, física y espiritualmente saludable se requiere más que tú; conlleva tener una comunidad alrededor de ti y de tu hijo. Acá hay 10 personas que tu hijo necesita en su vida, además de ti.
1. Un motivador
Todos quieren un motivador en su vida, pero un niño lo necesita. El sentido de un niño de sí mismo, así como también su lugar en el mundo, son creados partiendo de si reciben o no motivación durante sus años de formación. Pero no cualquier tipo de motivación funciona.
Las personas que expresan tópicos comunes como “puedes ser lo que quieras ser, si trabajas lo suficiente” no será suficiente. Tu hijo necesita una persona que note y galardone sus dones únicos. Un motivador habla vida de las habilidades, carácter y posibilidades de tu hijo. Un motivador mejora la confianza de tu hijo y le da a tu hijo la libertad de intentar nuevas cosas. Un motivador cree en tu hijo, incluso cuando él o ella enfrenten contratiempos temporales.
¿Quién es el motivador en la vida de tu hijo? Si tu hijo no tiene uno, sé tú el motivador. Luego ora para que otros motivadores lleguen a su vida.
2. Un retador
En el lado opuesto del espectro, pero de vital importancia para la salud emocional, personal y espiritual de tu hijo, está un retador. Un retador motiva a tu hijo a hacer más, intentar más y ser más. Un retador sacará a tu hijo de la zona cómoda, lo que significa que los retadores no siempre serán su persona favorita –al principio.
Un retador podría ser un maestro que espere un poco más de esfuerzo del que tu hijo están acostumbrado a dar, un entrenador que demande un poco más de compromiso del que él o ella daban anteriormente. Sin importar cuál sea la posición, un retador siempre sube el estándar. Ellos no facilitan las cosas, pero ayudan a tu hijo a crecer.
Esto es por qué los padres deben resistir la urgencia de rescatar a sus hijos de un retador. ¿Hay alguna diferencia entre un retador y un crítico? Por supuesto. Pero no seas rápido al inmiscuirte solo porque tu hijo se queje o llore “¡No es justo!” Si lo haces, puede que atrases el progreso que han logrado bajo la tutela de un retador.
3. Un mentor espiritual
Los padres están de acuerdo en la importancia de un buen maestro. Ellos pagan grandes cantidades para un buen entrenador, maestro de música o tutor académico. Lo hicimos, y apuesto a que tú lo has hecho también. Pero muchos padres olvidan la necesidad de un mentor espiritual santo.
El caso es que la mayoría de los padres no soñarían con que su hijo perdiera varias semanas de su práctica de fútbol o lecciones de baile, pero es a los mismos padres que no les importa perderse la iglesia una semana. ¿Es de cuestionarse el por qué hemos criado a una generación de niños que creen que Dios tiene poca relevancia en su vida?
No llegaron a esta conclusión de la nada.
Para convertirse en una persona completa, tu hijo necesita una influencia orientadora santa en su vida (alguien adicional a ti): Podría ser el maestro de la escuela dominical, un líder joven, o un abuelo santo. Un mentor espiritual es alguien que orienta a tu hijo a amar y obedecer a Dios. Cada niño—incluyendo al tuyo—necesita por lo menos uno.
4. Un modelo a seguir positivo del sexo opuesto
Los niños aprenden mejor no por lo que se les dice, sino por lo que ven y experimentan de forma cercana y personal. Si tienes una hija, ella necesita ver hombres santos y fuertes. Si tienes un hijo, él necesita ver mujeres santas, fuertes y amables.
La interacción de tu hijo con personas del sexo opuesto afectará como ven las relaciones, el compromiso, el género y su propio valor. La importancia de proveer modelos a seguir del sexo opuesto positivos no puede ser pasada por alto o desestimada.
¿Cómo haces que esto ocurra, especialmente si tu familia inmediata no provee el modelo positivo a seguir para tu hijo? Encuentra una iglesia llena de gente amorosa. Haz amistad con familias saludables y amorosas o de individuos que puedan ser un modelo a seguir para tu hijo. Escoge a tus amigos basándote en el tipo de influencia (¡positiva!) que serán en la vida de tu hijo.
5. Un modelo a seguir positivo del mismo sexo
Los modelos a seguir positivos del mismo sexo son tan importantes como los modelos a seguir positivos del sexo opuesto. ¿Por qué? Porque los chicos aprenden a ser hombres emocional, espiritual y socialmente saludables en la compañía de otros hombres emocional, espiritual y socialmente saludables. Las chicas aprenden a ser mujeres emocional, espiritual y socialmente saludables en la compañía de otras mujeres emocional, espiritual y socialmente saludables.
Tu hijo e hija necesita modelos positivos a seguir para que puedan observar, interactuar con ellos e imitar. No es suficiente admirar a alguien de lejos. Asegúrate que tu hijo se reúne con alguien de su género que personifica el tipo de persona en la que esperas que tu hijo se convierta. Esto puede ser un adolescente mayor, un adulto joven, o incluso un vecino, maestro o entrenador. Quizás quieres presentar a tu hijo a alguien que comparte su misma pasión. Deja a tu hijo ver como hacen vida. Las lecciones de la vida son captadas, no enseñadas.
6. Un amigo leal
Cuando varias de las amigas más cercanas de nuestra hija se mudaron lejos, ella se encontró a sí misma en un nuevo grupo de amigas. Cada noche me arrodillaría cerca de su cama a hacer la misma oración: “Dios por favor dale a Kylie una amiga cristiana fuerte, que también sea divertida”.
¿Por qué hice una oración continua por mi hija –especialmente sabiendo que estaba rodeada por una familia cristiana amorosa? Porque cada niño necesita un amigo leal. Tu hijo, así como el mío, necesita a alguien fuera de la familia que los amen, acepten, aprecien y disfruten.
Las amistades de la niñez son el entrenamiento para la vida. Aprendemos a superar diferencias, compartir nuestros secretos, trabajar los conflictos, aceptar las rarezas de alguien más y disfrutar de la compañía del otro en la amistad.
Los padres sabios establecen la etapa para que la amistad se desarrolle, pero no los manejan una vez que lo hacen. Permite a los niños a trabajar a través de los pros y contras de las amistades de la niñez. No todos los amigos serán igual de leales con tu hijo, y eso está bien. Resiste la tentación de luchar las batallas de tu hijo, en cambio, prepáralo para que maneje las amistades con sabiduría.
Un amigo leal es raro de encontrar –uno que tu hijo necesita. Si él o ella no tienen un amigo leal, ora por uno. Asegúrate que tu hijo sepa que la mejor forma de tener un amigo es siendo un amigo. Y solo en caso que te preguntes, Dios respondió las oraciones por Kylie. Él no envió uno, sino dos amigas fuertes cristianas, que también son divertidas. Aún son amigos hoy en día.
7. Una persona opuesta o diferente.
En todo lo similar, tu hijo estará rodeado de personas como él, sin embargo, la formación del carácter de tu hijo depende de su habilidad para interactuar con personas diferentes a él.
Las diferencias pueden ser obvias o sutiles –ambas son importantes. Las diferencias obvias incluyen personas de diferente raza, nivel socioeconómico, país, religión o incluso algo simple, alguien que coma alimentos diferentes. Las diferencias también pueden incluir personas con diferentes habilidades, pasiones, temperamento o hábitos.
Si tienes más de un hijo, podrías tener la suerte suficiente de tener una familia llena de gente “diferente”. Aunque compartir la vida con personas diferentes puede ser un poco alocado a veces, si es visto con la perspectiva apropiada puede ser una bendición para el desarrollo de tu hijo.
8. Un abuelo
Si tu hijo es bendecido con abuelos, sé agradecida. Un abuelo amoroso es una de las personas más importantes que tu hijo necesita en su vida, además de ti. Un abuelo tiene la sabiduría y experiencia para saber lo importante al momento de criar a un niño, y lo no tan importante. Amarán a tu hijo de una forma que nadie más lo hará. Un abuelo escucha las cosas que los padres no escucharán, y da de una forma que un padre no (¿Alguien quiere helado para el desayuno?).
Sin embargo, un abuelo no tiene que ser biológico. Tu hijo puede beneficiarse de cualquier persona mayor y sabía que se tome el tiempo de aportar a la vida de tu hijo. Si tu hijo no tiene un abuelo amoroso y santo, hazte amiga de un vecino mayor o la pareja divertida y amorosa jubilada que siempre has admirado en la iglesia.
9. Un compañero de equipo
Incluso si tu hijo no practica deportes, necesitan un compañero de equipo en sus vidas. Un compañero de equipos es cualquier persona que trabaje junto a tu hijo para lograr una meta común. Los compañeros de equipo pueden encontrarse en los campos deportivos, por supuesto, pero también pueden encontrarse en clubs, grupos de proyectos en las escuelas, bandas y orquestas, obras de la escuela y grupos de canto.
Cuando tu hijo aprenda a funcionar como parte de un equipo, aprenderá a poner las necesidades del grupo sobre las necesidades propias, aprenderá la importancia de dar lo mejor por el bien del equipo, aprenderá a trabajar lado a lado para lograr algo que no podría haber sido logrado por sí misma. Los compañeros de equipo aprende a depender uno de otro –todas las cualidades esenciales para desarrollar carácter en el corazón de un niño.
10. Una persona de ayuda
Es de igual importancia tener una persona que ayude a tu hijo y tener una persona a la que tu hijo pueda ayudar. No necesitarás buscar mucho para encontrar a alguien que tu hijo pueda ayudar, podría ser algo como una hermana más joven, un miembro familiar pensionado o enfermo, una persona con menos experiencia, un vecino que necesite una mano ayuda. Da a tu hijo la oportunidad –y el privilegio- de ayudar a otros como una forma de vida.
Encontrar personas que ayudar es de especial importancia para los hijos más jóvenes o hijos únicos que pueden acostumbrarse a tener quien atienda sus necesidades, en vez de ayudar a atender las necesidades de otros. Ayudar es una de las formas más importantes en las que nuestros hijos pueden crecer en sabiduría, estatura, gracia para con Dios y con los hombres.
Donna Jones es una vocera nacional que ha compartido la Palabra de Dios y el Amor de Dios con gente en 20 estados y en cuatro continentes. Ella es una pastora, esposa y madre de tres jóvenes adultos, que frecuentemente se sientan en la mesa de su cocina solo para conversar. Donna es la autora de varios libros, incluyendo Buscando: La guía de una mujer para conocer a Dios y Domando a tu zoológico familiar. Encuentra sus libros y recursos en www.donnajones.org, en twitter o en Instagram.