Jamás comprendí completamente las profundidades del duelo hasta que en cuestión de ocho meses mi familia sufrió la pérdida de dos de mis hermanas y uno de mis hermanos. Mi cuñado perdió la batalla contra el cáncer después de cinco años en la lucha, mi hermana murió debido a la combinación tóxica de diferentes medicamentos prescribidos y mi cuñada murió debido a una repentina aneurisma múltiple en el cerebro. Antes del año 2010 tenía una idea de lo que era la muerte, pero poco después quedé como bautizada por llamas de fuego. Uno de mis parientes muy elocuentemente dijo al respecto: “siento como si mi cuerpo hubiera sido abierto y toda la felicidad que tenía hubiera sido succionada”. Dios nos confortó de muchas formas durante esos oscuros y horribles días. Amigos nos visitaron en el hospital y en el funeral. Parientes lejanos mandaron todo su amor a través de varios medios, pero la fuente de nuestro mayor consuelo fueron siempre los versículos bíblicos que leímos todos juntos en aquellos días. Aquí comparto los versículos encontré fueron de gran ayuda: