3 Razones por la que la resurrección es tan importante el día de hoy

Las escrituras nos dicen que estamos separados de Dios porque Él es Santo y nosotros no – todos hemos pecado y hemos quedado cortos a la gloria de Dios (Romanos 3:23). No podemos alcanzar sus estándares y no podemos llegar al cielo por nuestra propia imperfección.

Pero Dios que todo lo puede divisó un plan de redención – Él enviaría a Su único Hijo, Jesucristo, a este mundo a vivir una vida perfecta y por último iría a la cruz a pasar la penalidad por nuestros pecados.

¿Qué significa esto?

Algunos se preguntan, ¿Cómo un hombre pudo hacer eso? Y la respuesta es que: ningún hombre normal podría, pero este hombre era el Hijo de Dios. Era Dios encarnado y solo a través de Él podemos alcanzar a Dios. Jesucristo dijo “Yo Soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al padre si no es a través de mí” (Juan 14:6)

Solo al colocar nuestra confianza en Él por el perdón de nuestro pecado podemos ir al cielo. Y porque Jesucristo regresó de la tumba, demostrando la realidad de sus palabras y la verdad de sus declaraciones, sabemos que sus palabras son verdaderas.

Nuestro pasado ha sido redimido.

Muchas personas se sorprenden de que la resurrección tenga algo que ver con el presente, pero la Biblia nos dice que, porque Jesús murió en la cruz y se levantó de la tumba, ahora nos da el mismo poder que fue usado para levantarlo de entre los muertos para que podamos vivir nuestra vida cada día en el poder de la resurrección.

Una y otra vez, leemos que Jesucristo nos ha dado el poder de vivir una vida especial. Un pasaje motivador de Efesios 1:19-20 dice, “y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales”

¿Qué significa esto?

Eso significa que tenemos el mismo poder disponible para vivir la vida cristiana que Dios uso para sacar a Jesucristo de la tumba.

Luchamos cuando tratamos de vivir una vida cristiana en nuestro poder, en nuestra fortaleza. Pero si dependiéramos de la ayuda del poder de Dios, él nos dará la fortaleza y poder. Somos pecadores, pero Él nos salva. Él nos cambia de ser crueles, de mal espíritu, personas que odian y descubrimos el deseo de ser amables, amorosos y graciosos. Estamos llenos de lujuria y somos inmorales y Él toma esas emociones y esos deseos y los cambia por el poder de Dios en nosotros. Nos convertimos en personas diferentes.

La Biblia dice, “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17). ¿Cómo ocurre eso? Ocurre porque nuestro Dios poderoso viene a vivir dentro de nosotros y nos llena con el poder de la resurrección.

Tercero, la resurrección de Cristo no solo influye en nuestro pasado y presente, es la garantía de nuestro futuro.

Porque Jesús se levantó de la tumba, Él se convirtió para los creyentes en la garantía de que, un día, si morimos antes de que el regrese a esta tierra, nosotros también regresaremos de la tumba.

La Biblia dice sobre Cristo que “Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.”  (1 Corintios 15:20). Y en 1 Tesalonicenses 4:14-17 leemos:

“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús. Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.”

¿Qué significa esto?

Esa es la garantía que tenemos como creyentes, y todo está basado en la resurrección de Jesucristo. Si Cristo no hubiera salido de la tumba, no tendríamos esperanza. Moriríamos en desesperación, y muchas personas mueren en desesperación hoy porque se niegan a la verdad del Salvador. Pero cuando colocamos nuestra confianza en el Señor Jesús y le pedimos perdón por nuestros pecados, para que nos salve y viva dentro de nuestras vidas, recibimos el regalo de la vida eterna y la garantía del cielo (Romanos 6:23).

Como cristianos, ya no tememos a la muerte porque tenemos una esperanza increíble – la esperanza de que un día estaremos con Dios para siempre. Y no es una esperanza tipo “así lo espero”, es una esperanza tipo “sé que así será”.

¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?

El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

(1 Corintios 15:55-57)

La resurrección no es solo algo que celebramos una vez al año durante la Pascua con nuestra familia. La resurrección es la doctrina de la Biblia más importante, porque si Jesús no hubiera hecho lo que dijo que haría, que era regresar de la tumba tres días después, no podríamos creer nada de lo que dijo.

Pero Jesús hizo lo que prometió que haría.

Tenemos un Salvador único – único en el hecho de que Él vino de Dios en Su origen, único en el hecho de que Él nació de una virgen, único porque Él vivió una vida sin pecado y único porque Él se levantó de la tumba victorioso ante la muerte. Y esas mismas características disponibles en Jesucristo están disponibles para ayudarnos a vivir una vida que lo honre. Con Dios poderoso en nuestro corazón a través de Jesucristo, tenemos victoria: sobre nuestro pasado, aquí y ahora y por la eternidad.