Tuesday, February 13, 2018
El deleitarnos en Dios y ser más como Él no va a pasar por coincidencia. No nos levantaremos un día y de pronto nos daremos cuenta que somos mucho más santos que antes, porque tuvimos buen sueño la noche anterior. Más bien, la santificación progresiva es el resultado de pequeñas acciones diarias que, a su tiempo, van a dar fruto de salvación en nuestras almas. Un amigo me recordó esta gran verdad en estos días, y eso me llevó a un tuit simple que quiero expandir en este corto artículo.