7 Formas Simples De Encender De Nuevo La Pasión En Tu Matrimonio

¿Cada día que pasan juntos en casa es la misma rutina de siempre? ¿Ustedes tienen un montón en sus mentes, uno se queja con el otro por la cena y los dos coexisten juntos en lugar de extenderse el uno al otro? Comen. Duermen. Repiten.

Mientras algunas personas persiguen la familiaridad y la rutina, “las mismas rutinas de siempre” pueden estar matando sus corazones. Cámbialas un poco haciendo algo diferente.

Se impredecible al darle a tu esposo un abrazo caluroso y un beso tierno (no un apresurado pico en la mejilla) mientras uno de ustedes entra por la puerta. Arregla la mesa con una vela encendida y sírvele su plato favorito. Haz que se pregunte qué paso mientras cambias la rutina para traer algo de chispa de vuelta al matrimonio. Cambiarla significa que tú – y tu vida – no sean tan predecibles de pronto.

Cuando tu vida y tus horarios se encuentran llenos de tantas cosas, resulta sencillo olvidar lo que solías hacer con tus manos. Era más probable que tocarás a tu esposo mucho más de lo que lo haces ahora. Así que, trae un poco de pasión al reconstituir el arte del roce.

Acércate y dale roce tierno antes de salir de cama. Bésense y abrácense cada mañana antes de que uno de los dos salga de casa. Alcanza y toma la mano de tu esposo en la mesa o en el sofá, aunque sea por unos momentos. Frota sus hombros si se encuentra disgustado, distante o si necesita un masaje.

El roce no solo es un acto de reconexión poderoso. Las investigaciones han demostrado que las parejas que practican esta disciplina simple de roce afectivo a diario son mucho más saludables que aquellos que no lo hacen. Y el roce tiene mucho que ver en esas parejas que disfrutan de una relación apasionada.

Admítelo, amas la sonrisa de tu esposo. Aunque pocas cosas te gusten de él ahora, su sonrisa una vez permitió que se hiciera querer. Así que hazlo sonreír, alegrándolo con tus palabras.

Los esposos aman que se les afirme y admire. En las escrituras, una novia joven se dio a querer por su esposo al decirle, por sobre todas las cosas: “Cuán hermoso eres, amado mío, y tan placentero. Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor” (Cantares 1:16)

No subestimes el poder de tus palabras. Si no le has dicho a tu esposo lo que significa para ti, cuán guapo es y cuánto lo deseas, entonces hazlo a menudo. Puede saciar una necesidad que ni siquiera él sabía que tenía. Y puede que encienda algo de pasión entre los dos. Alégralo con tus palabras, tu adoración, tus sonrisas y esa mirada en tus ojos.

Los hombres aman el misterio. Y lo más probable es que tu esposo piense que conoce todo sobre ti. Deja de usar tu corazón en la manga y hablar de todo lo que pase por tu mente, esta vez, intenta ser un misterio para él.

Trata de ser una mujer diferente – una mujer más callada, una mujer con un secreto, una mujer misteriosa – cuando se levante por la mañana o llegue a casa al final del día. Encuentra formas no verbales de recordarle a tu esposo que hay territorio en tu mente, corazón y emociones que aún no ha explorado y que, valdrían la pena y el tiempo de ser investigadas. ¿Sabe lo que te hace cosquillas? Haz que piense sobre eso. La única forma en la que podrás ser intrigante para tu esposo es no sacándolo todo para que tenga que adivinar. Acércate y toca su cara de una forma amorosa cuando esté seguro de que vas a corregirlo o a darle una tarea. Es otra forma de cambiar las cosas y presentarte como un reto una vez más.

Tu esposo está familiarizado con tu “lista de tareas” (Cariño ¿puedes hacer esas cosas por mí?) ¿Pero y si pidieras su lista? No hablo de listas de pendientes para alivianar su horario (como recoger la ropa seca u ordenar algo en línea). Hablamos sobre revivir la pasión, aquí ¿recuerdas? ¿Qué tal pedirle lo que quiere y necesita de ti, íntimamente?

Pregúntale a tu esposo cuáles son sus 3 preferencias, en cuanto a intimidad sexual. ¿Quiere más visibilidad, espontaneidad, creatividad? Los hombres son muy visuales así que dejar las luces encendidas de vez en cuando podría ayudar a mejorar sus niveles de pasión. O quizás le guste la idea de un impulso del momento cuando los chicos no están alrededor (está bien si lo planeas con antelación, siempre y cuando a él le parezca que es algo del momento). Quizás lo que simplemente quiere es que seas más verbal durante la intimidad al decirle lo que preferirías o qué te da placer, Toma el riesgo, pide su lista y ten la voluntad de cumplir. Es una forma tangible de reconectar con él y hacerle saber que los deseos de su corazón son importantes para ti. (Esto aplica para los dos)

Sé que esto puede sonar arriesgado, quizás un poco aterrador. Pero invertir en tu matrimonio requiere de un poco de sacrificio ¿o no? Como mencioné antes, la mayoría de los hombres son estimulados visualmente, y aunque puede ser complicado para algunas esposas atesorar una imagen positiva de su cuerpo, intenta ser generosa y demostrativa con tu amor físico hacia tu esposo regularmente.

Una amiga, quien es una mujer de Dios, y ha estado felizmente casada por 35 años (y aún disfruta de una pasión renovada), ofreció esto: “Sé valiente y comprometida al compartir tu cuerpo libremente con tu esposo – aun si se siente incómodo. Esto puede incluir el hablar más durante los tiempos de intimidad, o hablar sobre lo que le da placer y disfrute a cada uno. Y recuerda, la confianza es el mejor afrodisiaco”

Nuestros corazones están conectados con momentos tiernos, pasionales y una colección de romance. Comienza a conversar sobre las cosas que tu esposo y tú alguna vez hicieron, que de verdad marcaron la diferencia en los niveles de pasión de la relación. Pero no lo hagas de forma que implique remordimientos o acusación o lo ponga a la defensiva. En cambio, habla como si estuvieras divulgando un secreto. Sonríe mucho. Sé juguetona. Coquetea con el mientras recuerdas las cosas que solían hacer para expresar la pasión hacia el otro.

Recuerda esos días recreándolos también. Quizá no puedas volver al lugar de tu luna de miel, pero si puedes repetir algunas palabras que hayas dicho en la noche de bodas. O mirar los videos de tu boda abrazados en el sofá y diciéndole que aún sientes lo que sentías por él el día de su matrimonio, o cenen en el restaurante que les recuerde a los dos a ese lugar que amaban visitar cuando se enamoraron. Recuerda el momento, recrea el recuerdo y luego comprométanse el uno con el otro. La pasión no estará tan lejos.