Ahí vas de nuevo. Intentaste no volver a ese lugar negativo, pero aun así sucedió. Quejándote. No sabes cuándo empezaste realmente, pero te has vuelto bastante buena en eso. A nadie le gusta una persona que se queja constantemente. Sabes que no. Y aun así, te deslizas por esa pendiente resbaladiza más a menudo de lo que te gustaría admitir. Entonces, ¿qué está pasando? Las quejas son muy reveladoras. ¿Estás listo? Voy a decirte lo que tus quejas realmente están revelando acerca de tu corazón.