Mientras se acerca el día del padre es probable que puedas ver la muy común escena de compradores buscando regalos o tarjetas de agradecimiento para regalar a los papás. Seguido, estas tarjetas expresan sentimientos, pero fallan en la profundidad de la apreciación hacia las figuras paternas en nuestras vidas que nos han amado y cuidado.
Si no quieres tener que buscar por la tarjeta ideal en un sinfín de opciones, pero quieres expresar tu gratitud por tu padre o las figuras paternas en tu vida, puede que te venga bien aprender sobre algunos ejemplos de padres bíblicos que ponen el ejemplo a cómo ser un padre y fiel.
Aquí te dejamos una breve sinopsis de cuatro padres valerosos para que puedas agradecer y apreciar a tu papá este día del padre.
1. Jetro, hombre de sabiduría.
Recuerdo ver partes de la comedia clásica televisiva de la década de los cincuenta “Father Knows Best” [Papá tiene la razón]. El actor, Jim Anderson parecía que siempre les brindaba buenos consejos y sabiduría a sus tres hijos para todos sus dilemas.
La realidad es que nuestras familias no son siempre así de ideales, ni nuestros problemas se resuelven con tanta facilidad como se muestra en televisión, pero me gusta que la serie hiciera énfasis en la sabiduría paterna.
En la Biblia encontramos a otro padre que “tenía la razón”. Sus consejos fueron de bendición no solo para su familia, pero para toda la nación de Israel. Jetro es identificado como sacerdote de Madián, la tierra adjunta a Egipto, Jetro fue el suegro de Moisés.
Jetro visitó a Moisés y a los israelitas cerca de su campamento en el monte de Dios después de cruzar el mar rojo y haber vencido a los amalequitas. Jetro podemos ver en la escritura “se alegró Jetro de todo el bien que el SEÑOR había hecho a Israel, al librarlo de la mano de los egipcios” (Éxodo 18:9).
Pero el gusto de Jetro rápidamente se torna en preocupación cuando se percató de la fatiga emocional y física de Moisés quien atendía a cada una de las disputas entre el pueblo. Por lo que de manera directa le dijo a Moisés “lo que haces no es bueno” (Éxodo 18:17). Jetro le dio un muy buen consejo a Moisés diciéndole que era necesario que designara ayudantes para que fueran encargados y sirvieran de mediadores entre los grupos del pueblo tan grande y perturbado.
La Biblia nos dice: “Moisés escuchó a su suegro, e hizo todo lo que él había dicho. Y escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel, y los puso por cabezas del pueblo, como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez” (Éxodo 1824-25). El resultado fue la implementación de un sistema que le daba ánimo a los jóvenes que fueran íntegros y responsables para ayudar a Moisés a gobernar de manera justa la nueva nación.
¿Tienes tu un padre o figura paterna que “siempre encuentre las mejores razones”? ¿Acaso sus consejos y sabiduría te han ayudado a navegar a través de situaciones o relaciones difíciles para poder manejar y dirigirte de una mejor manera?
Imagino que a esa persona le encantaría leer notas de agradecimiento al ver y aprender de las formas en cómo su presencia en tu vida te ha dado sabiduría y fortaleza.
2. Zacarías, padre de oración
Muchos padres en la Biblia son ejemplo de la importancia de llevar una vida de oración continua, así como orar por sus hijos. Vemos al rey David orar por su hijo Salomón en 1 de Crónicas 29:19, y también podemos ver a Job, quien fuera un hombre recto y justo, con una costumbre de orar seguido por sus hijos y ofrecer sacrificio por ellos. (Job 1:5).
La oración de Zacarías la podemos encontrar en el evangelio de Lucas y es un ejemplo ideal de un padre que orar por sus hijos.
Zacarías fue un sumo sacerdote en el templo de Jerusalén, un hombre de Dios respetuoso y fiel al Señor, pero siempre lamentó y lloró el hecho de que él y su esposa no pudieran tener hijos.
Ya a en sus avanzadas edades, Zacarías un poco en sorpresa no creyó al principio al ángel de Dios que se le apareció en el templo para anunciar que su esposa tendría un hijo. A pesar de que, por culpa de su duda inicial, Zacarías no pudo hablar por un tiempo, Zacarías obedeció a lo que se le había dicho y nombró a su hijo Juan como se lo indico el ángel. (Lucas 1:63).
La gratitud de Zacarías por el milagroso nacimiento de su hijo es expresada en una hermosa oración de adoración a Dios que incluye bendiciones por tan esperado hijo.
Me imagino que esta oración fue repetida muchas veces por Zacarías, y que además sirvió como una gran herramienta de valor y ánimo para su hijo Juan quien tendría la difícil tarea de: “ir delante del Señor para preparar sus caminos” (Lucas 1:76).
¿Tienes tu un padre o figura paterna que ora por ti regularmente? Considera escribirle una nota y hasta una oración expresándole tu agradecimiento por el tiempo que ha pasado en sus rodillas orando por ti y pidiéndole a Dios por tu bienestar.
3. Simón de Cirene, modelo de fe
Aunque la fe no es algo que simplemente se pase de generación en generación, la obediencia y conocimiento de Dios puede ser modelada y vivida en una manera que deje un claro ejemplo para las siguientes generaciones.
Un ejemplo bíblico de un hombre que dejó un legado de fe fue Simón de Cirene quien hace una breve, pero muy significante apariencia en los últimos días de la vida de Jesús.
Observando a los guardias que llevan a Jesús marchando hacia el calvario, Simón es señalado entre la multitud y se le ordena ayudar a Jesús a cargar la cruz. Este breve episodio de la interacción entre Jesús y Simón parece haber causado una gran impresión en todos los presentes que marcó la vida de sus hijos.
El evangelio de Marcos 15:21 identifica a Simón como el padre de Rufo y Alejandro, esto es importante porque la tradición dice que fue Rufo identificó a Pablo al final de libro de Romanos como “el escogido del Señor” (Romanos 16:13). Este tipo de descripción era especial entre los apóstoles que llevaban el mensaje del Señor en los primeros días.
Es probable que Rufo haya aprendido del evangelio dado lo que vio de su padre en el momento que ayudó a Jesús a levantar su cruz, impactado por lo que vio Rufo se volvió una parte integra en la iglesia primitiva.
Recuerda todas aquellas veces en que tu padre te mostró con sus acciones una fe genuina en Dios. Es una bendición invaluable tener un padre que empezó o continuó un legado de fe para sus hijos.
4. Pablo, padre espiritual de Tito y Timoteo
Padres influyentes llegan a nuestras vidas de muchas maneras. A pesar de que todos tenemos un padre biológico, muchos de nosotros tenemos una figura paternal que nos ha moldeado y formado nuestras vidas en maneras significantes.
Cuando el expresidente de EE. UU. Gerald R. Ford supo por primera vez que fue adoptado cuando tenía doce años, pero dice que esta noticia no tuvo un gran impacto en su vida por que la relación que tenía con su padre adoptivo era muy fuerte. De hecho, en sus palabras el expresidente Ford declara “Papa y yo tenemos la relación más cercana e íntima, somos muy similares, tenemos los mismos intereses, yo hasta pensé que nos parecíamos físicamente.”
La falta de conexiones biológicas no hizo menos la relación con su padre adoptivo.
El apóstol Pablo llamó a varios hombres como “mis hijos” una referencia clara de su relación tan cercana. Pablo se refirió varias veces a Timoteo como “hijo mío” y llamo a Tito como “verdadero hijo en nuestra fe común.” En cartas escritas a estos dos hombres en el Nuevo Testamento Pablo provee avisos y consejos de ánimo en la fe para estos dos hombres.
Puede ser que tu tengas un padre o figura paterna que te llama o te escribe para darte aliento y así darte una guía buena.
Tal y como Pablo enseñó a Timoteo y Tito como vivir una vida cristiana, la guía tierna de un padre o figura paterna provee instrucción en la vida de sus hijos. Si tienes la oportunidad, ¿Por qué no tomar unos minutos para escribir un mensaje de agradecimiento por tales consejos y ayudas?
Pídele a Dios que te ayude a reconocer a tu padre o aquellas figuras paternas que han tenido una gran influencia en tu vida en lo que reflexionas en estos puntos que acabas de leer que te han ayudado de alguna forma en tu caminar con Dios.
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Lisa Samra nació y creció en Texas, se graduó de la Universidad de Texas con un diploma en periodismo y obtuvo su maestría en estudios bíblicos del Seminario Teológico de Dallas. Lisa vive en Grand Rapids Michigan con su esposo Jim y sus cuatro hijos. Es una escritora regular en nuestro devocional “pan diario” y sus escritos han aparecido y publicados en varios sitios en línea.