¿Has escuchado a alguien decir algo que no has sido capaz de procesar? ¿Algo que ha cambiado tu vida y se ha hecho parte de ti? Eso casi nunca me ocurre. (¡Tengo una memoria terrible, así que recordar lo que la gente dice es casi imposible si no lo anoto en veinticuatro horas!) Pero hay una oración de este año pasado que se ha quedado en mis entrañas y ha cambiado mis días – posiblemente hasta el curso de mi vida – desde que la escuché: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.” Mateo 22:37-40 La vida del cristiano es simple. Ama a Dios, ama a la gente, arrepiéntete y cree en el evangelio cuando falles.